Reportaje El Mercurio, 05.03.2017 Matías Bakit R.
El periodista -que el 28 de febrero dejó su puesto como asesor comunicacional en el marco del juicio con Bolivia en el tribunal internacional- describe algunos de los aspectos principales del plan de Chile y revela el rol de las agencias extranjeras que contrató la Cancillería
A pocas semanas de haber desembarcado, con un equipo de dos personas, al trabajo de planificar una estrategia comunicacional en el marco del juicio con Bolivia ante La Haya, Ascanio Cavallo debió viajar a París, con el equipo chileno a cargo de la defensa nacional, para participar en diversas reuniones. Y ahí, el periodista, con una larga trayectoria en el sector privado, tuvo un choque inmediato con su nueva realidad.
"Lo más gracioso es que me tuve que adaptar al tipo de formalidad de la Cancillería y diplomacia chilenas. Pero desde la perspectiva del periodismo, lo que es muy difícil. Somos más bien informales. Tendemos a hablar más de la cuenta, conversamos con mucha gente. Tuve que adaptar mis consultas a eso. Debo haber sonado bicho raro", cuenta Cavallo a EL MERCURIO.
Claro que al mismo tiempo desmiente los motes de hermetismo o burocracia que muchas veces rodean al sector público y la Cancillería. "Se nos estregó mucha confianza, debo reconocerlo. Si hay una cultura cerrada, con nosotros no se presentó. Fueron muy leales. 'Te trajimos para esto; entonces te escuchamos', me dijeron".
Para Cavallo, no obstante, su rol tenía fecha de caducidad: el momento en que tuviera listo el documento con la estrategia por la que se lo contrató, en octubre de 2015, junto con Joaquín Fermandois y Gabriel Gaspar. Tras eso, y así se lo comunicó con bastante anticipación al canciller Heraldo Muñoz, volvería a sus antiguas labores en el sector privado.
El 28 de febrero de este año cumplió con eso. Incluso, un poco más tarde de lo que había planeado, debido a las múltiples contingencias con Bolivia que lo obligaron a desviarse del objetivo y a dejar el tipeo e impresión de los documentos (ver recuadro) para el verano. "Estoy con túnel carpiano", dice medio en broma, medio en serio una de sus colaboradoras, sobre el tiempo en que lo tuvieron listo.
"Yo tengo otros oficios y no iba a entrar a la diplomacia. No a estas alturas de mi vida. Era un ave de paso. Siempre lo fui", explica, antes de agregar que seguirá colaborando cuando lo llamen, aunque sin "dedicación exclusiva".
Choquehuanca, el peor momento
Ya fuera de la Cancillería, desde sus oficinas en Tironi y Asociados, reconoce que la diplomacia es "una labor más bonita de lo que pensaba". Y recuerda, sobre todo, su momento más difícil: la visita a Arica y Antofagasta del ex canciller boliviano David Choquehuanca.
"Choquehuanca corrió un riesgo muy grande. Ellos no terminan de entender que la opinión pública en el norte está muy endurecida. En niveles superiores al 90% de rechazo a las peticiones de Bolivia. Algo de eso se expresó en Antofagasta. Pero pudo ser peor. Además, fue un error monstruoso. Consultamos por todas las vías que pudimos. Fuentes diplomáticas, paradiplomáticas, políticas; cayó muy mal. No hay ningún país que diga que es bueno que un visitante te llegue por sorpresa", explica.
Pese a la tranquilidad que le generó el haber entregado ya la estrategia, había un último punto que le preocupaba a la hora de dejar sus labores en la Cancillería. ¿Se mantendría su posición? Era algo que consideraba crucial.
"Cerramos el trabajo y en seguida venía la principal decisión. Que si la oficina del asesor continuaba o no. Si iba a quedar alguien a cargo", dice.
Y esa decisión, cuenta, fue positiva. "La oficina sigue y habrá un reemplazante", asegura satisfecho.
Consultado por "El Mercurio", rehúye dar el nombre de su sucesor, pues dice que la negociación aún no está terminada.
"Pero está avanzada. Bastante. Es una persona en la que confío mucho. Esto debiera materializarse pronto. Es una cosa de horas, días. Es, para mi gusto, un nombramiento muy confiable".
Acompañar a viajeros y conseguir entrevistas: el acotado rol de las tres agencias internacionales Recién llegado, a Cavallo le tocó revisar un contrato -cuestionado en ese momento dentro de la Cancillería- con la agencia de comunicación europea FTI, captada para ayudar al Gobierno a introducir su discurso en el Viejo Continente.
¿Era necesario seguir pagando por esos servicios si los resultados no habían sido los esperados? La opinión general se inclinaba por el no.
La evaluación de Cavallo, no obstante, fue diferente, luego de un período de diagnóstico en el que el convenio fue cancelado.
"Era algo combinado, porque en este mundo de las comunicaciones, para bailar tango se necesitan dos. Si el cliente es malo, si no te pide cosas, no te dice qué es lo que tienes que hacer, no te explica en qué estas, es muy difícil que tú puedas funcionar. Y eso era lo que estaba pasando. La agencia no era suficientemente proactiva, o se había cansado de serlo, y el cliente, el Estado de Chile, no pedía con claridad lo que necesitaba", explica.
Asimismo, él y su equipo consideraron que el Gobierno estaba pagando demasiado por el contrato fijo anual que había con FTI. Por eso, "decidimos que las agencias internacionales nos pueden ayudar, pero no con contratos permanentes, sino con el sistema de pagar por trabajos encargados por nosotros".
Además, como parte de la estrategia comunicacional se decidieron los lugares específicos del mundo en que el Gobierno necesitaría ayuda para entregar su mensaje para contrarrestar la ofensiva boliviana.
Así, se contrataron los servicios de tres agencias: FTI, para Europa; BLJ, en Estados Unidos, y Hill & Knowlton para América Latina. Convenios que serán revisados cuando asuma el nuevo encargado de la estrategia comunicacional.
"El rol de estas agencias era, principalmente, preparar agendas para asistir a viajeros nuestros, pues los que conocen a los medios allá son ellos. Estaban enfocados en conseguir que nuestras noticias y columnas de opinión aparecieran en medios de fuera. Por ejemplo, el ex Presidente Piñera fue recibido en España y atendido por un miembro de la agencia europea, que produjo una entrevista en televisión", explica Cavallo.
Ese trabajo no solo se centraba en el mundo político, sino también en el académico. "Hay centros universitarios de altísima importancia intelectual. Hay que atender eso, porque ese mundo es más importante que el político, porque ahí se genera el pensamiento y el sentimiento".
Otro ejemplo que da el periodista del rol que han tenido las agencias en la consecución de la estrategia se dio en Washington D.C., en abril del año pasado, durante el Congreso de la Sociedad de Derecho Internacional de Estados Unidos, donde la Presidenta Michelle Bachelet expuso. Ahí, BLJ consiguió coberturas de CNN y la revista Time.
Cavallo resalta que la evaluación que existe en Cancillería del trabajo de estas tres agencias es "muy buena". De hecho, expresa que deja una recomendación a su sucesor para continuar con ese trabajo. "Hay que seguir con esta modalidad, que es la productiva. Y también es importante decirles a las agencias que cuando tengan ideas, díganlas. Y eso ha ocurrido. Ellos nos han propuesto cosas y hemos dicho OK".
Sobre el gasto que genera al Estado la contratación de tres agencias internacionales de comunicaciones, Cavallo insiste en que "el monto es muy inferior al que había antes".
"Si los jueces son más o menos políticos, es un juicio que les puede corresponder a otros, pero no al ministerio" Ascanio Cavallo reconoce que la gran mayoría de los chilenos, los que no conocen los detalles del caso, no piensan que Chile pueda perder en La Haya. Y él está de acuerdo. De hecho, ni siquiera se refiere a que la estrategia que elaboró haya insertado el escenario de una derrota
"Lamentablemente estos juicios se leen de esa manera. Perder o ganar. En general, son juicios en los que el tribunal pondera elementos variables diferentes. Pero creemos que estos dos juicios los ganaremos".
Es más, el periodista agrega que en los análisis técnicos realizados por los expertos de cancillería "no hay ninguna posibilidad de que perdamos".
Sin embargo, reconoce que puede haber algunos imponderables. "Hay que considerar que los tribunales tienen dimensiones propias", dice.
Dimensiones propias que han sido criticadas por varios expertos en el tema desde que en enero de 2014 se pronunciara la sentencia del caso con Perú. Principalmente por la posibilidad de que la Corte Internacional de Justicia actúe como un tribunal más político que jurídico y que esta característica influya en sus fallos.
Consultado por la posibilidad de que este factor pueda perjudicar a Chile mediante una decisión "salomónica", Cavallo explica que sus proyecciones "incluyen esto en el sentido de que lo considera como una posibilidad". Pero agrega, inmediatamente, que Chile tiene bastante respeto a las Cortes y no las descalifica. La diplomacia chilena es muy cuidadosa. Chile es parte de la fundación del sistema mundial. Si los jueces son más o menos políticos, es un juicio que les puede corresponder a otros, pero no al ministerio".
800 páginas, divididas en 4 tomos de informes, diagnósticos y proyecciones, conforman el plan comunicacional Ascanio Cavallo muestra con orgullo los cuatro tomos, encuadernados de azul, en cuyo costado se lee "Estrategia Comunicacional". Es el legado que deja a la Cancillería, por lo que fue contratado. Un manual que espera se siga usando al menos hasta que "Bolivia cambie de actitud".
En total, los documentos acumulan alrededor de 800 páginas. Es la estrategia comunicacional que repasa todas las opciones y posibles escenarios de la relación con Bolivia, divididos en informe de prensa, diagnóstico y estrategia a futuro.
"Eso se suma a algo más de 100 informes, análisis que entregamos durante el año, más de 50 minutas para voceros en el exterior y 8 reportes de viajes. Estuvimos en cerca de 20 países", explica.
Cavallo explica que lo que buscan los documentos elaborados es "tener todos los elementos para que no volvamos a ser sorprendidos. Tener toda la gama de opciones. Siempre puede haber una payasada, pero dentro de lo racional, está todo el espectro cubierto".
No siempre fue así, recuerda.
Él relata que en 2015 la Cancillería estaba preparada para actuar, "como lo que es Chile, un país pacífico de buenas relaciones" y no vio venir la arremetida de un Estado hostil.
"Tenía capacidad de sorprendernos y de desordenar las filas. La cantidad de opiniones era muy contradictoria", dice.
Él fue contratado para encontrar la solución a eso. Y lo primero fue hacer un levantamiento de información, un diagnóstico, que tardó dos meses en estar listo, tras varios sondeos y entrevistas a 200 líderes de opinión de Chile y el mundo. Se detectó lo que estaba haciendo mal el país y cómo y con qué objetivo actuaba Bolivia. Fue el comienzo de la estrategia.
"Antes estábamos respondiendo como se les responde a los amigos. A veces tienes diferencias con Argentina y Perú, pero en el fondo sabes que hablas un mismo lenguaje, un mismo espíritu. Pero acá no. Bolivia presentaba argumentos irracionales, emocionales. Una aspiración sobre territorio soberano chileno. Y luego un esfuerzo bastante masivo de parte del gobierno de Morales por dañar la imagen de Chile. Somos un país chico y en buena medida vivimos de nuestra imagen. Lo que él quería, en buena medida, era destruir eso. La buena imagen de Chile".
Detrás de eso se concluyó que había una estrategia bien pensada de Palacio Quemado. Una que incluía a todo el aparataje estatal de Bolivia. Una "estrategia total".
En contraparte, el equipo de comunicaciones, en conjunto con el canciller Muñoz, decidió que no se podía seguir recibiendo golpes. Se debía tomar la iniciativa. "Había que darle señales al Presidente Morales de que habíamos recibido el mensaje y que queríamos pasarle nuestro propio mensaje", recuerda Cavallo.
"Una de las cosas que hicimos en ese período fue convertir todos los documentos, que a veces son memorándums lentos y largos, en minutas de conversación que para todos los temas no podían pasar de una hoja de carta. Con eso creamos una especie de naipes de minutas. Y eso se lo entregamos a los voceros en el exterior. Les decíamos: 'Ud. quiere hablar del Tratado de 1904; acá está explicado en una hoja'. Hicimos como 50 de esos. Si ibas a hablar de un tema, te podías llevar una cantidad de minutas especializadas", dice el periodista, quien recuerda que ese material se entregó a ex presidentes, diputados, senadores y ex diplomáticos.
El más claro ejemplo de esta estrategia fue la demanda por las aguas del Silala.
"Comunicacionalmente fue un golpe muy importante. Hubo más de 24 horas en que el gobierno boliviano no comprendió lo que pasaba. Creían que, al igual cómo lo hacen ellos, era un anuncio. ¿Por qué? Por que creían que el gobierno chileno iba a tener una actitud pasiva y pacífica, tal como la había tenido hasta el momento. Fue la gran señal para decir 'No', 'Cuidado', 'Se han pasado de largo en materia de hostilidad y tenemos bastantes recursos para responder. Ojo'", cuenta.
El lenguaje boliviano
Cavallo explica, sobre la estrategia de 800 páginas que está dejando, que "se trata principalmente de una proyección. ¿Qué es lo que hay que entender? ¿Qué está pasando al otro lado? Y si tienes una hipótesis sobre eso, que se pueda confirmar y se demuestre, eso te ordena lo que tienes que hacer. Esa es la cuestión clave".
En otras palabras, lo que se busca es entender las razones de por qué Bolivia actúa como actúa. Cuáles son sus razones y sus objetivos.
Otro aspecto que hay en la estrategia es un análisis del lenguaje que usa Palacio Quemado.
"Bolivia tiene una especie de lenguaje de regateo. Habla como si estuviera hablando con un cliente. Al que le puede subir y bajar el precio. La va midiendo. Y con Chile, Bolivia actúa con la idea de que todo lo que se le ofrezca es insuficiente, porque pueden obtener más. Es la historia de las conversaciones con todos los presidentes. Es la historia de nuestros embajadores y cónsules de primer nivel", dice el periodista.
Además, el informe hace un análisis de todas las controversias posibles que puedan existir con el país altiplánico. "Hay controversias que pueden sonar ridículas, pero que están contempladas. Se analizan las controversias sobre las fronteras y todos los conflictos que pueden existir ahí", asegura Cavallo, que se atreve a pronosticar uno que podría venir pronto: la disputa por otros flujos de aguas fronterizos.
"Hubo un momento en que se propuso una conversación global sobre los recursos hídricos en la frontera. Bolivia se ha negado. Pero en cambio creó una dirección llamada 'Dirección de Defensa del Silala' y de todos los recursos hídricos con Chile. Es un aviso", relata.
La estrategia que se le entregó al canciller contiene también un análisis sobre los puntos débiles que tiene el país en el marco de la relación con Bolivia. Y no están, dice Cavallo, en los apoyos que Evo Morales pueda conseguir en el mundo, sino dentro de las fronteras chilenas. Se refiere a los paros de aduanas.
"No es bueno para nadie. Complican. Bolivia ha llegado a decir que los organiza el gobierno de Chile. Eso es pensar como Mefistófeles. Pero no es bueno que un organismo tan importante para la economía chilena y la regional, paralice como el año pasado, periódicamente", explica.
El periodista dice que la estrategia que él conformó junto a su equipo -que regresa con él a Tironi y Asociados- no tiene fecha de término, sobre todo por la agresividad de Evo Morales.
"El propio Presidente boliviano dice que no tiene intención de respetar el fallo de La Haya y que tiene intenciones de seguir en otro foro si no le resulta en la Corte Internacional de Justicia, por lo tanto hay que tomarlo así. Este señor está planteando una cosa hostil hacia Chile que va más allá de la demanda. Compromete todos los recursos del Estado boliviano y debemos vivir con eso. Por ello es necesaria una asesoría paralela, que tenga el tiempo y la capacidad de mirar con distancia. Fuera del ambiente de Cancillería que es muy demandante, muy exigente por la multiplicidad de frentes".