¡Hay que tomar partido!

Columna
El Comercio (Ecuador), 29.08.2017
Francisco Carrión Mena, embajador (r) y ex Canciller del Ecuador

La situación político institucional, por no mencionar la económica, ha llegado a niveles que la hacen insostenible. Las entidades de control –Contraloría, Fiscalía, la Función Judicial-, en profunda crisis de credibilidad. La oposición, indispensable en una democracia, desnortada y poco propositiva. El vigoroso movimiento en el poder, que gobernó autoritariamente y destruyó instituciones y creó otras a su medida, por más de una década, se resquebraja y hace agua por todos sus costados. Sus máximos líderes se confrontan.

Lenin Moreno se desmarca de la tutela de su antecesor y adquiere vida propia en contra de políticas que fracasaron y se aleja del proyecto autoritario de AP.

El Presidente dice que se acercará a los indígenas y lo hace atendiendo sus pedidos de indulto para sus líderes y les devuelve su sede; sostiene que hay que trabajar de la mano con el sector privado, y se reúne con sus dirigentes para escuchar y diseñar políticas; expresa su apoyo a la prensa y se reúne con sus principales responsables para garantizarles su derecho a la libre expresión; conoce de actos de corrupción y los denuncia aunque apunten a los más altos líderes de su gobierno. Resiste y responde a las acusaciones de su antecesor que lo califica de desleal, mediocre, incoherente.

Los demás ecuatorianos, la ciudadanía, contemplamos azorados este espectáculo repleto de inmoralidades, manejos sucios que afectan los valores que caracterizan a nuestro pueblo ¡esto no puede continuar así! Tenemos que tomar partido desde la ciudadanía y actuar en función de país que se pretende serio y mirar por el bien de todos y no solamente de un grupo político desbaratado.

Frente a esta situación histórica de descalabro, hay que actuar con lo que tenemos: apoyar a Lenín Moreno en su cruzada, en los esfuerzos por ser el presidente de todos los ecuatorianos, en su lucha contra la corrupción, en su búsqueda de consensos, en su afán de modificar la institucionalidad existente para hacerla democrática y transparente. Se impone la consulta popular ya.

Pero al mismo tiempo, hay que pedirle coherencia, que exija a sectores de su gobierno y de su partido que no comulgan con su pensamiento, que se retiren. Altos funcionarios que se pronuncian de manera contraria respecto del pensamiento presidencial y que, además, se encuentran en su entorno más cercano no pueden estar a su lado. Ya se han ido tres, aún faltan más.

Moreno debe ampliar su base política y popular más allá de los límites verdes de su movimiento, sumar sectores que simplemente, sin ser políticos, quieren el bien del país en esta grave e histórica coyuntura. Y hay muchos que están dispuestos a acompañarle desde la ciudadanía. Hagámoslo, tomemos partido, después puede ser muy tarde…

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