Columna El Diario (Bolivia), 06.03.2017 José Alberto Diez de Medina, historiador boliviano de la Sociedad Bolivariana de Bolivia
La noticia de la invasión chilena al puerto de Antofagasta había llegado a la ciudad de La Paz después de 11 días. Se afirma que la noticia había llegado en pleno carnaval y que la misma no había sido comunicada al pueblo, ni a las autoridades, por orden del presidente Hilarión Daza, hasta la conclusión de la famosa fiesta paceña.
Pero la noticia de la invasión no llegó a La Paz el 14 de febrero, sino el 25 de febrero de 1879, lo que quiere decir que esa versión resultó una fábula o una historia con afán de dañar al Gral. Daza.
Fue invadida Antofagasta el 14 de febrero de 1879, cuando anclaron en el puerto el blindado Cochrane, la corbeta O’Higgins, y el blindado Blanco Encalada. La ciudad fue tomada por 200 efectivos chilenos, disponiendo las autoridades chilenas el retiro de los ciudadanos bolivianos, incluyendo al prefecto del puerto, de apellido Zapata, quien no tuvo con qué hacer una defensa, máxime si sólo contaba con algunos guardias nacionales.
De acuerdo con el itinerario normal, un barco inglés llegaría el 16 de febrero, que llevó a los pocos bolivianos al puerto de Arica. El barco llegó a Arica el 19 de febrero en horas de la tarde, allí se encontraba el cónsul de Bolivia en Tacna, Manuel Granier, quien anoticiado del suceso, por los bolivianos expatriados, retornó de inmediato a Tacna, informando de todo lo sucedido en Antofagasta, en carta enviada a La Paz, el 20 de febrero.
Sin noticia del catastrófico suceso, la situación en la ciudad de La Paz era normal, no existiendo motivo para que se inicie una acción bélica, confiando en las negociaciones pacíficas y, por supuesto, sin amenaza de guerra.
El encargado de llevar la infausta noticia hasta la ciudad de La Paz era el postillón Gregorio Colque, de Tacna a La Paz, no había comunicación, menos telegráfica. Colque recorrió 74 leguas, más o menos 15 por día, con un esfuerzo sobrehumano. Colque llegó a la ciudad de La Paz aproximadamente a las 11 de la noche del 25 de febrero, dirigiéndose al Palacio de Gobierno. No encontrándose allí el Presidente, fue enviado a la casa del doctor José María Valdivia, ubicada en la calle Pichincha, donde posteriormente se construyó la Iglesia de los Padres Jesuitas.
El presidente Daza, enterándose del contenido del mensaje, reaccionó de inmediato, yendo al Palacio de Gobierno, seguido de sus edecanes.
El postillón Colque en la casa del doctor Valdivia relató a los concurrentes detalles de la invasión chilena, la indignación boliviana y la poca resistencia que se pudo ofrecer al invasor.
El presidente Daza convocó a una inmediata reunión de gabinete, a fin de considerar la invasión al puerto de Antofagasta. A media noche llegaron los ministros a Palacio, allí se dictó las medidas necesarias, como decretos dando amnistía total, movilización general y estado de sitio.
El Gral. Daza redactó una Proclama al Pueblo de Bolivia, terminada cerca al amanecer. La imprenta del periódico La Democracia, en una edición extra, publicó la Proclama.
En la mañana del miércoles de carnaval, cuando el pueblo se preparaba a culminar la fiesta, circuló la edición extra del periódico La Democracia, que fue gratuita por órdenes del Gobierno. El Gral. Daza comunicó al pueblo la noticia de la invasión chilena, suspendiendo de inmediato los festejos de la culminación del carnaval.
