Negociaciones en Noruega

Cartas
El Mercurio, 18.05.2019
Fabio Vio Ugarte, abogado, embajador (r) y director ejecutivo de CEPERI

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Noruega ha confirmado que se han realizado conversaciones exploratorias con delegaciones venezolanas representantes de Juan Guaidó y de Nicolás Maduro. Este hecho ha sido reconocido por ambos sectores.

Es evidente que toda iniciativa que conduzca a la recuperación de la democracia y la solución de la crisis humanitaria es positiva y debe ser apoyada. Sin embargo, surge la gran duda acerca del objetivo verdadero del régimen chavista, teniendo como precedente anteriores iniciativas de esta naturaleza. Solo basta recordar la fracasada e inútil gestión de Rodríguez Zapatero que al final terminó legitimando a Maduro y a su Asamblea Constituyente.

Habrá que seguir muy de cerca estas gestiones, especialmente por el Grupo de Lima, el cual ha jugado un papel fundamental en la presión internacional ejercida. Chile en sus pronunciamientos y gestiones ha sido coherente con los principios básicos de su política exterior y ha recibido la aprobación mayoritaria de la ciudadanía. Sin embargo, es imperativo, de fracasar estas iniciativas, hacer un análisis objetivo de lo ocurrido en la denominada “Operación Libertad”, con sus aciertos y errores.

Dentro de esta objetividad hay que reconocer el diagnóstico equivocado en temas esenciales como el poder de movilización de Guaidó y su actitud frente a las FF.AA. y a una eventual intervención militar extranjera e inclusive a la utilización del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR). Asimismo, la poca claridad existente en el reconocimiento diplomático de los representantes de Guaidó en el mundo; mientras en la OEA tienen rango diplomático, en Chile su situación es indefinida. La explicación de esta incoherencia es que es necesario mantener abierta la embajada en Caracas para proteger a los asilados y a los chilenos residentes, y que un reconocimiento provocaría el cierre de las representaciones actuales en los dos países. Este argumento es insuficiente, pues la representación de nuestro país puede dejarse en manos de un país amigo y la protección de los chilenos de los consulados.

La única realidad incuestionable es que la crisis humanitaria sigue profundizándose y se calcula que a fines de este año alrededor de 5,9 millones de venezolanos habrán dejado su país. Sin perjuicio de que la solución corresponde al pueblo venezolano, la presión internacional es un elemento esencial que debe acentuarse y adecuarse a la verdadera realidad del proceso.

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