Carta El Mercurio, 27.07.2019 Fabio Vio Ugarte, embajador (r) y director ejecutivo de CEPERI
Una reiterada crítica se ha manifestado públicamente por ciertos sectores en el sentido de que actualmente se ha llevado adelante una política exterior alejada de la tradicional política de Estado. El asunto es opinable y merece un análisis sereno, pues habemos muchos profesionales y diplomáticos vinculados a las relaciones internacionales que no estamos de acuerdo con esa visión.
En la última elección presidencial hubo un cambio político sustantivo y es natural que en materias específicas exista un enfoque diferente al de la izquierda y centroizquierda latinoamericana y mundial.
Además, es fundamental entender que en todos los países democráticos el concepto rígido de la “política de Estado” de la diplomacia está cambiando de acuerdo a las nuevas y complejas situaciones creadas por hechos como los movimientos migratorios, geopolíticos y comerciales que están en pleno desarrollo.
Más bien hay claridad de que ningún sector tiene el derecho de atribuirse la facultad de calificar cuál es la “política de Estado” de una nación. Un ejemplo de esto es el intenso debate que hay en los diferentes países europeos y el convencimiento de algunos de que la época que se basó en la teoría del “fin de la historia” está terminando y están volviendo a su historia y buscando su identidad nacional. Esto no se da evidentemente en Venezuela ni en las dictaduras que conocemos.
