Putin despierta a la OTAN

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Republica, 11.01.2022
Inocencio Arias, embajador (r) y columnista español

Hace un par de años, el presidente francés Macron, autor a menudo de titulares llamativos pero no descabellados, había declarado que la OTAN se encontraba en un estado de “muerte cerebral”. Trataba imaginamos de demostrar que aunque Rusia se mostrase más dialogante que en la época de la guerra fría, las amenazas exteriores no habían desaparecido. Eso implicaba que Europa debía dotarse de una verdadera defensa propia independiente de la alianza con Estados Unidos. Washington no siempre cuenta con los europeos.

La propuesta de Macron tiene algo de quimera. Muchos países europeos, sobre todo los antiguos sometidos a Moscú, se encuentran más cómodos bien arropados por Estados Unidos. Luego está el costo, crear una fuerza potente que actúe sin el apoyo de Washington no es barato, en un par de ocasiones en el pasado, Europa, irritada con algún problema internacional, la limpieza étnica en Kosovo, el desalojo de Gadafi en Libia, ha sido incapaz de actuar sin la asistencia decisiva de la aviación yanqui, aunque en las operaciones estuvieran envueltos ejércitos como los británicos y los franceses. Por otra parte, Putin da esporádicas muestras de que la guerra fría no ha terminado: Ucrania y Kazajstan lo demuestran.

El meollo de la conducta de Putin es que Moscú no acaba de admitir que sus antiguos vasallos independizados tengan una independencia plena. Para él debe ser limitada. Se aferra, por ejemplo, en afirmaciones no aceptadas por Estados Unidos y muchos miembros de la OTAN. Por ejemplo, que la OTAN ofreció garantías al Kremlin, en la época de Yeltsin, de que la Alianza occidental no se extendería hasta las fronteras rusas. Los políticos americanos de la época han negado que hubiera cualquier clase de promesa en ese sentido. Más aún, Rusia firmó un acuerdo en Budapest en 1994 en el que se comprometía a respetar las fronteras de Ucrania y su soberanía total. Después de eso se zampó Crimea e invadió una provincia ucraniana. Es decir, que ha violado lo firmado. Ahora coloca miles de tropas junto a la frontera de Ucrania con armamento pesado.

Siendo el agresor obvio se presenta como el ultrajado.

La OTAN y Rusia se reúnen estos días después de meses sin contactos debido a la expulsión de unas decenas de diplomáticos-espías rusos. El diálogo es necesario, Moscú tiene el gas y la capacidad militar de desestabilizar. La prueba la tenemos en Kazajstan a cuyos dirigentes presta ayuda masiva para sofocar una revuelta extendida en un país gigantesco (cinco veces España) y con una raquítica población (¿20 millones?) empobrecida a la que no llega el maná del petróleo, gas, uranio, etc…

Biden y Putin han hablado y se reunirán. El ruso es maximalista, quiere un puñado de garantías que es difícil concederle. Biden ha advertido de sanciones masivas si el autócrata moscovita da otro zarpazo en Ucrania.

Ellos tienen la palabra. La Unión Europea, aunque afectada, es una comparsa. La ONU, también .

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