Editorial OpinionGlobal, 15.11.2023
Como anticiparon muchos expertos, salvo el actual gobierno chileno por su sesgo de izquierda, el proceso electoral venezolano se ha visto mortalmente interrumpido, luego de la suspensión de las primarias de la oposición por parte del régimen chavista y a pesar del acuerdo de Barbados celebrado entre ambos con la aquiescencia de la comunidad internacional.
La reacción de Chile fue de una ingenuidad pasmosa. Estuvo a cargo de su ministro de RREE Alberto van Klaveren, quien manifestó que la intervención electoral venezolana es “una decepción”, que implica “un retroceso importante” y que “preocupa” a nuestro gobierno.
Después de tanta crítica que la izquierda chilena lanzó contra el Grupo de Lima y la política firme del gobierno anterior frente a Maduro, el canciller chileno se limita ahora a expresar su decepción y a reiterar el interés por una transición democrática en Venezuela. Pero si sabíamos desde un principio que Maduro no va a celebrar elecciones libres y democráticas en su país.
La pregunta, entonces, es: ¿Por qué el gobierno de Boric se apresuró en cambiar la estrategia mantenida por Chile en este tema, supuestamente para asegurar la transición venezolana a través de un diálogo con el dictador Maduro? Asimismo, si repitiéramos la acción diplomática aplicada a Israel por su intervención en la Franja de Gaza, ¿no deberíamos en consecuencia retirar a nuestro flamante nuevo embajador en Caracas?
El problema de fondo es que la izquierda chilena no quiere reconocer su doble estándar frente a la democracia y los derechos humanos, tanto en Chile como el mundo. No podemos ser blandos frente a las dictaduras de izquierda y duros con las de derecha. No hay diálogo posible que sirva frente a los tiranos de cualquier tendencia. Y, Maduro, no es la excepción. El dictador venezolano ya declaró en su momento que no entregaría el poder a la contrarrevolución y a la derecha. Con el castrismo y el putinismo pasa lo mismo. Solo una presión sostenida en el tiempo puede librarnos de estos tiranos.