Sebastián Piñera: una mirada

Columnista
El Mercurio, 10.02.2024
Hernán Felipe Errázuriz, abogado, exministro de RREE y columnista

El presidente Sebastián Piñera, hijo de embajador, educado en Europa y Estados Unidos, doctorado en Harvard, experto como pocos en los mercados internacionales, pudo haber tomado distancia de su país desde Wall Street. En cambio, fue por sobre todo un chileno sencillo, con amor profundo por su familia y su abnegada mujer. Desarreglado a veces, con camisas y trajes de una talla superior a la suya, pudiendo comprar las marcas más lujosas, sin ser Chile una potencia, asistía invitado por sus capacidades a las cumbres del G20, G7, nucleares y chinas.

Sebastián Piñera fue la antítesis del diplomático clásico. Inquieto y gesticulador, con dificultad se sometía a los protocolos. Su cabeza estaba en lo que es esencial y con visión de futuro, como su homónima fundación. Directo, contrario a expresar un no con apariencias de un sí, como ocurre en la diplomacia

Gracias a su excepcional inteligencia, amor a Chile, y compromiso con las libertades económicas y políticas, aportó logros notables para la política exterior de Chile.

Su interés por los temas internacionales fue permanente. Quienes estamos en estos temas podíamos recibir su llamado intempestivamente para una opinión. Concurrió frecuentemente al Consejo Chileno para las Relaciones Internacionales a exponer su agenda exterior y conocer otras visiones. Hace tan solo dos semanas asistió junto al presidente Frei a una presentación sobre Argentina.

Pocos líderes mundiales le competían en preparación y logros, en el sector público y privado. Por su sobriedad, se incomodaba frente a la frivolidad de Trump y Berlusconi.

Sebastián Piñera respetó y modernizó políticas de Estado, a pesar del formidable obstáculo que debió sortear de sectores de izquierda que lo consideraban su enemigo mortal; para él, solo adversarios. En estos días lo homenajean hasta quienes antes antepusieron sus intereses por sobre los nacionales, para impedir la COP25 y APEC, con el solo propósito de perjudicar la imagen internacional del presidente Piñera.

Su pasión por la defensa de la democracia y los derechos humanos no tenía límites. Hasta le hicieron una mala pasada con su infausta presencia en Cúcuta, para contribuir al restablecimiento de la democracia subyugada por Nicolás Maduro.

Manejó admirablemente las relaciones regionales en un vecindario complejo. En defensa de la soberanía, se involucró a fondo en los juicios de Perú y Bolivia ante la Corte de La Haya. Impulsó el Estatuto Antártico y precisó los derechos de Chile en la extensión de la plataforma magallánica-continental y en la zona austral. Su intervención personal permitió que todos fuéramos vacunados, nos dio seguridad. Salvó miles de vidas en la pandemia. Logró que los chilenos pudiesen viajar a Estados Unidos sin la barrera de las visas presenciales que soporta el resto de los latinoamericanos.

Fue clave en la Alianza del Pacífico. Convencido de la necesidad de combatir el cambio climático, aportó el testimonio del Parque Tantauco, en Chiloé.

El presidente Piñera quedará inscrito en nuestra historia como un gran e integral gobernante, con una capacidad de gestión excepcional en lo interno y en lo externo.

La expresidenta de Chile y ex alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Baechelet, pidió este jueves "los mayores esfuerzos de los Gobiernos, las fuerzas políticas y la comunidad regional para lograr que la tendencia dictatorial y antihistórica no se consolide" en Venezuela, en una declaración conjunta que también suscriben 18 excancilleres latinoamericanos, varios exministros, embajadores y académicos que conforman en total una lista de 65 destacadas personalidades.

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