Trump y Torra: similitudes y diferencias

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Republica, 14.07.2020
Inocencio F. Arias, embajador (r) y columnita español

El líder del mundo democrático y el Presidente catalán son dos grandes embusteros. Al americano el periódico Washington Post le contablilizó 10.000 mentiras o tergiversaciones en sus primeros 827 días en el cargo. En los 440 días siguientes habría contado otras 10.000 trolas. Aunque el serio Washington Post o el igualmente prestigioso New York Times hayan en buena medida perdido la credibilidad en lo tocante a las chapucerías de Trump la cifra real de embustes será, en cualquier recuento, asombrosa. El dirigente catalán no para de engañar hable de lo que hable, sobre los logros de su gestión, sobre los “agravios” de España, etc…Cualquier cálculo riguroso hecho por un medio catalán reflejaría centenares de veces en que Torra ha inventado lo de España es responsable de nuestra pandemia, Madrid es el causante de esta desdicha, etc… Yo diría que las invenciones de Torra son más burdas que las del americano.

Ambos tienen una veta supremacista, aunque la del catalán es peor. El americano proclamó que entre los mejicanos que llegaban a Estados Unidos había un montón de traficantes de drogas, etc… La acusación era absurda, la mayoría de ellos va buscando trabajo porque su país no los puede mantener. Ahora, además, con el buenismo y la ingenuidad del presidente mejicano el Covid se dispara en el país azteca. Torra, en su supremacismo va más lejos, las personas del resto de España son unos tarados con un defecto en el ADN. Hay un racismo más evidente en el catalán que en el poco amable Trump .

Ambos se encaminan a su mutis después de las elecciones de final de año, seguras en Estados Unidos y probables en Cataluña. Trump, a falta de menos de cuatro meses de los comicios, está en casi todas las encuestas a ocho o nueve puntos de su rival demócrata Biden. Es chocante si tenemos en cuenta que el demócrata no está haciendo campaña, permanece recluido en su domicilio y cuando esporádicamente emerge hace unas declaraciones sin garra y con alguna confusión. Va, sin embargo, camino de la Casa Blanca lo que será bueno para recomponer las relaciones de Estados Unidos con sus aliados y poner algo de sensatez en ellas. Torra también va camino de la salida definitiva, algo que merece su mediocridad y su racismo. La diferencia está, con todo, en que en la última elección, en parecido momento al actual, Trump marchaba igualmente rezagado y luego, contra todo pronosticó, emergió. Improbable que ocurra ahora pero no imposible.

Por último los dos pretenden actuar sin muchos miramientos hacia las normas, violentándolas. Aquí hay asimismo una diferencia. Trump toma una medida unilateral y un juez de un estado cualquiera, California, Florida…, está capacitado para detener su aplicación. La división de poderes funciona en Yanquilandia. Aquí una jueza falla que Torra no tiene competencias para adoptar una medida y el Presidente catalán se fuma un puro. Dice que no lo aceptará. Esto seria difícil que ocurriera si el presidente burlador fuera el de Murcia o Extremadura, se desataría un clamor y el gobierno de la nación no podría ignorar el asunto. Con un separatista catalán, en esto como en otras cosas, la reacción es diferente. Lo que marca otro matiz distintivo: Al hombre más poderoso de la tierra, al presidente del país más importante del mundo un juez puede pararle los pies, al Presidente de la no tan grande Cataluña, no. Somos diferentes. O Spain lo es.

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