Conferencia de Seguridad de Munich: Brasil emerge

Columna
Infobae, 26.02.2019
Roberto García Moritán, embajador (r) y ex viceministro de RREE argentino

La Conferencia de Seguridad de Múnich, un ritual anual de política internacional comparable al Davos económico, ha concluido confirmando el espiral de una carrera de armamentos nunca antes vista en la historia de la humanidad. Los debates traslucieron una atmósfera global de gran crispación y, consecuentemente, un tablero de poder en proceso de nuevas definiciones geopolíticas. También la percepción de que en términos políticos el clima 2019 es básicamente similar al que se enfrentaba inmediatamente después de la segunda posguerra. De hecho, el Boletín de Científicos Atómicos, que aglutina a numerosos premios Nobel de la Paz, destaca que la tensión entre las principales potencias militares está en el peor momento desde 1953.

El respaldo de Rusia y China a la supervivencia de la dictadura venezolana fue mencionado como parte de esa confrontación. Es en ese marco que adquiere particular significación el ingreso de un general del Ejército del Brasil a la vicecomandancia de interoperabilidad del Comando Sur de Estados Unidos (Southcom) que suele estar a cargo de invitados extranjeros. El primero, desde octubre de 2017, fue el general chileno Edmundo Villaroel. La función que supone el cargo de coordinación tiene relevancia en virtud de las particularidades de cada ejército de la región en términos de material y equipos militares con los que cuentan, capacidades, restricciones legales y de acuerdos a ser negociados para la realización de ejercicios u otro tipo de cooperación.

El tema reviste atención por cuanto el Southcom, creado en 1947, es uno de los cinco comandos militares regionales de Estados Unidos en el mundo y abarca toda América Latina y el Caribe, además del Atlántico meridional hasta la Antártida. El Comando Sur es responsable de proporcionar planificación de contingencia, que incluye ayuda humanitaria y asistencia en desastres naturales, y la cooperación militar con 31 países de la región, así como la protección de los recursos militares de Estados Unidos, en particular el Canal de Panamá.

En el Comité de la Fuerzas Armadas del Senado norteamericano, el almirante Craig Faller, titular del Comando Sur, destacó que Brasil, Chile y Colombia son aliados centrales.  Subrayó que Brasil fue el primero en firmar un acuerdo para el uso pacífico del espacio (Space Situational Awareness Agreement), Colombia es el primer socio latinoamericano de la Organización para el Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y Chile se ha integrado a la Armada de Estados Unidos a través del Anillo del Pacífico. Asimismo, individualizó a seis países como amenazas a los intereses norteamericanos en la región: Rusia, China, Irán, Cuba, Nicaragua y Venezuela.

Las Conferencias de Defensa son uno de los ámbitos de discusión de temas de seguridad y cuestiones conexas que el Comando Sur propicia con países del hemisferio. En general, están precedidos de maniobras militares como la Unitas. En el 2017, por primera vez en la historia, tropas norteamericanas participaron en Brasil de ejercicios conocidos como Amazona Log, inspirados en una actividad de la OTAN en Hungría en el 2015, donde Brasil participó como observador. En el 2018, la octava edición de Cruzex fue otro ejercicio de poder aéreo sobre asistencia humanitaria con seis F16 de Estados Unidos.

Desde que asumió la administración Temer la vinculación de Brasil con el Comando Sur ha ido en aumento y relevancia, lo que puede interpretarse como una orientación geopolítica de características diferentes a las conocidas en las últimas décadas. La designación de un general en la sede del Comando Sur en Miami reafirma con Jair Bolsonaro la continuidad y eventualmente la profundidad de esa opción estratégica.

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