El falso progreso

Opinión
El Mercurio, 06.12.2017
Jorge Edwards, embajador (r) y escritor

El lenguaje se utiliza en estos días con escaso rigor, con toda clase de lugares comunes inaceptables. Cuando tal o cual personaje político de la Nueva Mayoría o del así llamado Frente Amplio, equivalente criollo del Podemos español, se presenta como encarnación del progreso, y argumenta que todos sus adversarios son representantes del retroceso, debería decirnos con claridad de qué retroceso nos habla, y de qué progreso.

El progreso en la izquierdización del país no se identifica con el auténtico progreso. Son conceptos esencialmente diferentes. Desconocer esta noción esencial, analizada por los mejores pensadores modernos desde hace décadas, es ignorar la historia moderna. Los dirigentes comunistas chilenos fueron los primeros del mundo que aprobaron la invasión soviética de Checoslovaquia, que se encontraba en pleno proceso de apertura democrática, en octubre de 1968. No es historia antigua, es un proceso enteramente vigente. Fue un escandaloso retroceso histórico, aplaudido con entusiasmo por los dirigentes chilenos, ¿y saben ustedes por quién más?, por el comandante cubano Fidel Castro. Fue un retroceso brutal, un acto de barbarie, seguido de una represión bautizada con el nombre tramposo de "normalización". Ahora se abren los archivos de esos años y conocemos mejor las cosas. ¿Quién provocaba un retroceso y quién un progreso, Fidel Castro o Vaclav Havel, el dirigente democrático, querido por su pueblo, que consiguió sacar a su país, que había sido uno de los más cultos de Europa, de esa barbarie?

En estos días se publica en México un ensayo del historiador cubano Rafael Rojas sobre la censura en la revolución de Cuba: censura implacable, terrorífica, mantenida durante más de medio siglo. ¿Nuestros jóvenes comisarios, nuestros partidarios de aquello que Octavio Paz bautizó como el Ogro Filantrópico, castristas impenitentes, no creen que nosotros merecemos una explicación mínima?

Me pregunto si los jóvenes de supuesta izquierda o de extrema izquierda que nos descalifican con tanta arrogancia, con tanto simplismo y, agreguemos otra idea clara, con tanta ignorancia, han comprendido algo de los dilemas profundos, desgarradores, de las sociedades contemporáneas. Mariana Aylwin se da el trabajo de formar un grupo de "progresistas con progreso", que creen en el progreso efectivo de los países, no en el progreso de pura palabrería, de pura retórica. Me parece un trabajo interesante, de iluminación necesaria, de apertura de rumbos. Chile necesita pensar con honestidad intelectual, con amor a la verdad, sin propaganda ideologizada y barata.

Sebastián Piñera nos anuncia que piensa crear 600 mil puestos de trabajo, y lo dice con cautela, con seriedad, porque conoce el costo y la dificultad real de hacerlo. Alejandro Guillier, de inmediato, sin hacer el menor cálculo, anuncia que él va a crear 900 mil. Pues bien, confieso que esa respuesta rápida, fácil, utilitaria, no me convence, y supongo que no convencerá a ninguna persona medianamente informada.

Sebastián Piñera, después de conversar con Manuel José Ossandón, anuncia que tratará de acercarse a la gratuidad. Esto supone entender que es una aspiración nacional, pero supone saber, también, que es un objetivo enormemente difícil, y que alcanzarlo sin desmedro de la calidad de la educación es un tremendo desafío. Pues bien, Alejandro Guillier, sonriente, mira hacia las cámaras y pone la gratuidad de un golpe encima de la mesa, como si fuera una carta que tenía escondida debajo de la manga.

Yo me pregunto si los chilenos habremos recaído en el simplismo de hace algunos años, en esa antigua idea del allendismo de "avanzar sin transar", que consistía, en la práctica, en avanzar sin pensar, o si actuaremos con madurez, con mirada lúcida, con sentido del progreso verdadero, y no de un progresismo puramente ideológico, en el momento de depositar nuestro voto adentro de la urna.

Mi ambición, después de una larga vida pasada en Chile y fuera de Chile, en contacto con el vasto mundo, pero regresando a cada rato al redil criollo, consiste en que el país se acerque al primer mundo, a la posible y creo que probable futura Argentina de Mauricio Macri, a nuestros vecinos de la Alianza del Pacífico, a Francia, Alemania, España, guardando todas las distancias, y no a la Cuba de los hermanos Castro, ni a la Venezuela de Hugo Chávez y de Nicolás Maduro, con perdón de mis numerosos, sufridos, acongojados amigos cubanos y venezolanos.

Chile siempre ha sido un país de influencia superior a sus cifras, a su tamaño en el concierto internacional, a su número de habitantes. El único progreso chileno real consistirá en administrar el país en forma seria, con energía, con ideales, con ilusiones, pero con una conciencia debida, necesaria, de los límites; acercarse a los objetivos mejores, más humanos, más justos, pero, además de eso, posibles. No tirar cartas encima de una mesa verde. No creer que se nos puede impresionar con cuentas de vidrio.

1 Respuesta

  1. Entender la palabra “progreso” es fácil si se aplica a “ellos”, su contrario “retroceso” es para la plebe.. solo ver cómo funciona la digitalización solo accesible a algunos. Para la digitalización vulgar cómo pagar con el móvil y robo de datos para controlar y para sus IAs, si han puesto en nuestras manos los medios con ese fin. Si tener un móvil rastreador se puede considerar progreso!!. Ah y para entretener nuestras mentes, tablets, TV HD, internet y otros…. Porque se creen que es??? Vean como lo primero que hacen en grandes revueltas es quitar internet! En los institutos no se enseña nada útil a ese nivel. Pura bazofia….
    Si queremos joderlos, una buena huelga de móviles y TV sería lo mas. Utilizar sus armas contra ellos. Joder la “plataforma” que están preparando para jodernos mas si cabe. Pero alguien aún confía en ellos???, su palabra hace mucho que no vale una puta mierda. Si les quitas la plataforma desde la cual acceden a nosotros tendrían que “bajar” a convencernos….. Muy complicado lo tendrían, porque nos tienen hasta los mismísimos. Los politicuchos no son la solución, SON EL PROBLEMA.
    SON NUESTROS ENEMIGOS!!!!!!

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