El país de las leyes cortas

Editorial
OpinionGlobal, 16.10.2016
Jaime Undurraga M.

Parafraseando el título de la novela de Hans Reuch “El País de las sombras largas”, uno comienza a perder la capacidad de asombro ante la cantidad de chambonadas, mediocridades y frivolidad de las acciones mal hechas de los encargados de diseñar, desarrollar e implementar diversas políticas públicas y, sobre todo, de llevarlas a la práctica.

El símbolo máximo de lo anterior es el concepto netamente chileno y  eufemístico de la “Ley Corta”. ¿Por qué es un eufemismo?

Porque se refiere a la manera rápida de salir provisoriamente de un problema de mala gestión o pésimo diseño de legislación hecha también a la rápida, sin mayor análisis, y/o con una peor gestión por parte de los organismos responsables de aplicarlas. Entonces, una vez descubierto el problema (casi siempre al filo del desastre) se ponen todos de acuerdo para sacar una “ley corta” que, en forma “express” como se dice ahora, puedan salir del problema en que están metidos el Gobierno, los ministerios, otras instituciones y los legisladores. Porque se le da un nombre elegante a una solución rápida, provisoria y de corto plazo para solucionar un papelón institucional. La definitiva, la “ley Larga” se verá después.

¿Quién es responsable? Normalmente nadie “porque lo importante es que solucionemos el problema ahora y después veremos el tema de las responsabilidades”. Después que normalmente nunca llega. “Lo importante ha sido la capacidad de reaccionar a tiempo para corregir el error”; “es una constatación más que las leyes son perfectibles” serán el tipo de frases que tendrá que decir el vocero de Gobierno, o del Parlamento o de la institución correspondiente.

Si hay una señal nueva de nuestro estado de subdesarrollo regresivo que hemos adquirido en los últimos años es este concepto de la “Ley Corta”. Básicamente, refleja una incapacidad de pensar en una “Ley Larga”, de discutirla en serio (porque requiere una visión de País de más largo plazo que la próxima elección y analizar un problema a fondo y en serio), y de aplicar la norma en forma eficiente y eficaz. Si ha pasado a ser  un concepto incorporado normalmente a nuestro léxico político-jurídico es porque la cantidad de errores garrafales en la materia comienzan a ser el pan de cada día.

La “Ley Corta” es un concepto más que refleja en forma potente la mediocridad en que está cayendo el país; y, más grave aún, del acostumbramiento que estamos teniendo ante dicha mediocridad.

Y nadie es responsable. Porque los que debieran serlo “ahora están buscando la manera de solucionar el tema en forma rápida y no es el momento de pedir cabezas” dirán.

¿Cuándo volveremos a ser el País de las Leyes Largas?

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