Pacto migratorio

Carta
El Mercurio, 07.12.2018
Fabio Vio U., embajador (r)

El próximo 11 de diciembre se firmará en Marruecos el denominado periodísticamente "pacto migratorio". En lo esencial, este documento de Naciones Unidas contiene 23 medidas destinadas a regular el proceso migratorio, aunque se especifica que no es vinculante. En un mundo globalizado y donde el multilateralismo juega un papel fundamental, todo indicaría que un acuerdo de esta naturaleza debe ser acogido positivamente por nuestro país. Sin embargo, el asunto es más complicado y necesita una profunda discusión. Si bien el documento no es vinculante, es, como dice su principal negociador, "poderosamente político".

Chile es un país abierto a la inmigración. Sus raíces están profundamente vinculadas a nuestros antepasados que vinieron de tierras extranjeras. Sin embargo, esta inmigración fue hecha en forma ordenada y regular. Desgraciadamente, en los últimos años vivimos una experiencia inédita en Chile con la apertura total de nuestras fronteras, donde se permitieron toda clase de ilegalidades, hasta la trata de personas.

El actual gobierno, en un acto positivo y humanitario, permitió la regularización de más de 200 mil inmigrantes. La experiencia vivida nos debe hacer reflexionar y adecuar nuestra legislación interna con el objetivo de programar una inmigración que sea a la vez humanista y regulada, y no permita excesos como los ocurridos. Antes de esto no es conveniente sumarnos a acuerdos generales que a la larga se transforman en reglas obligatorias. Países como Australia, EE.UU., República Dominicana y varios europeos han anunciado que no concurrirán a la firma.

El proceso vivido por Chile amerita una abstención en estos momentos. Estaríamos dando un mensaje de responsabilidad.

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