Carta El Mercurio, 19.02.2018 Fabio Vio Ugarte, ex embajador en Venezuela y Perú
Perú ha dado una lección de respeto por los demócratas venezolanos y sus numerosos presos políticos al señalar que el dictador Maduro no será bienvenido a Lima para la próxima Cumbre de las Américas. Es decir, le retiró la invitación que le había oficialmente extendido. Este es un gesto que enaltece al gobierno de PPK y a su prestigiosa diplomacia. Los principios morales y éticos superaron las consideraciones burocráticas o protocolares.
La crisis humanitaria y el sufrimiento del pueblo venezolano -que soporta una dictadura brutal- tuvieron la fuerza necesaria para movilizar a un país que viene saliendo de una delicada situación política. La declaración de Lima, que indudablemente tiene afirmaciones positivas en beneficio de la restauración democrática, señala que los otros países americanos "respetaron" la decisión peruana de evitar la presencia del dictador en el foro americano. Es evidente que habría sido más significativo que los países hubiesen "apoyado" la decisión. Asimismo, curiosamente, no se tocó el tema de Cuba, que también está invitada a la Cumbre de las Américas y que nadie duda de que es una veterana y atroz dictadura. Es de esperar que esto no se haya debido a la posición de algún país que quiso imprimirle un "sello" de debilidad al asunto por razones de política interna.
Las declaraciones de la ministra Cayetana Aljovín al explicar la decisión peruana son de una gran coherencia y prestigian a nuestra región, lo que es una buena noticia para las futuras relaciones vecinales chilenas.
