‘Con un pie en la calle y otro en La Moneda’

Editorial
OpinionGlobal, 22.06.2015

El tráfago de noticias y eventos relacionados con la corrupción política, el bajo crecimiento económico, la crisis de desconfianza, y la Copa América en Chile, han dejado para un segundo plano el análisis de las recientes declaraciones al diario El Mercurio del presidente del PC chileno, diputado Guillermo Teillier. El timonel de los comunistas reiteró la expresiones acuñadas en su momento por la joven diputada PC Camila Vallejos, en el sentido de que ella y sus camaradas de partido participaban en las manifestaciones sociales sin dejar de apoyar al gobierno. Ahora, Teillier remata las cosas sentenciando en la referida entrevista "qué le vamos a hacer, así están las cosas".

Las referidas afirmaciones son un buen reflejo de cómo está funcionando la coalición gobernante (Nueva Mayoría) y cuál es la estrategia comunista en Chile. Ni la Nueva Mayoría, ni el gobierno de Michelle Bachelet han exigido al PC definirse si está con el proyecto educacional del gobierno o en contra del mismo, o bien, dicho en otras palabras, de si está con La Moneda o en la oposición. Alguien se imagina que el partido demócrata cristiano (PDC), el aliado moderado de la NM, pudiera oponerse a parte de la reforma educacional sin recibir la crítica cerrada de la izquierda? Asimismo, en el "gallito" entre el Colegio de Profesores (dirigido por el comunista Jaime Gajardo) y el ministerio de educación con respecto al proyecto de ley sobre Carrera Docente, el magisterio está queriendo imponer sus planteamientos (bajar las evaluaciones a los profesores) a través de las marchas y por encima de los acuerdos ya alcanzados en las conversaciones tripartitas (gremio, gobierno y parlamentarios). Es decir, el gremio presiona y el gobierno cede, a vista y paciencia del Congreso y de la opinión pública.

A riesgo de ser tachadas como anti-comunistas, todo lo anterior nos lleva a plantear una serie de conclusiones: (i) Aún cuando sea un socio minoritario, el PC pesa más que el resto de sus aliados en la NM al momento de definir la política gubernamental; (ii) La presidenta carece de liderazgo propio y se está dejando llevar por los "cabezas calientes": nombra a un DC como ministro del interior, pero sintoniza solo con los refundacionalistas utópicos, la "retroexcavadora", o como se le quiera llamar; y (iii) El PDC se niega a jugar un rol de morigeración en la coalición gubernamental. Está aferrado al poder y no quiere pagar los costos políticos de los errores existentes en varias de las reformas oficialistas. Qué le vamos a hacer. Así están las cosas.

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