Columna El Mercurio, 09.07.2024 Jorge Faurie, embajador de Argentina en Chile y exministro de RREE
El 9 de julio de 1816, los diputados reunidos en Congreso General, en la ciudad de San Miguel de Tucumán, declararon a las Provincias Unidas del Río de La Plata “una Nación libre de los reyes de España y su metrópoli”, dando inicio con ese solemne acto a un nuevo capítulo en la historia de mi país.
Pasarían más de 35 años antes de que esa libertad cristalizara en una Constitución para toda la nación argentina, a través de la pluma y el pensamiento de Juan Bautista Alberdi.
“Seamos libres y lo demás no importa nada”, dijo el general José de San Martín, el Padre de la Patria. Para él, la libertad era emanciparse del yugo colonial. Pero hoy, a 208 años de nuestra Declaración de Independencia, ¿qué significa ser libres?
El presidente Javier Milei asumió hace seis meses la conducción de un país con serios desbalances económicos y una profunda crisis social. Casi la mitad de nuestros connacionales se encontraba bajo la línea de la pobreza; la creación de empleo privado estaba estancada y la inflación crecía mes a mes producto de la laxitud fiscal y el exceso de emisión.
El gobierno del presidente Milei está impulsando medidas para captar inversiones que permitan aprovechar la riqueza natural de nuestro país en distintos sectores, principalmente petróleo, gas, minería de litio y cobre, ganadería y agronegocios, entre otros.
Para ello, el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) recientemente sancionado por el Congreso Nacional es un instrumento clave para liberar las fuerzas productivas, alentar inversiones e impulsar el crecimiento de la productividad.
Gracias a las medidas fiscales que apuntaron a alcanzar la meta del déficit 0 durante el primer trimestre del año, el gobierno evitó que la espiralización de la inflación llevara a un contexto hiperinflacionario. El Banco Central ha logrado acumular reservas, rubro que el anterior gobierno dejó en balance negativo, y se comenzó a regularizar el régimen de importaciones, que impedía que la industria accediera a insumos para producir.
De esta forma, nuestra economía ha empezado a librarse del mal de la emisión monetaria irresponsable y del gasto público sin freno.
Hoy, como nuestros próceres de 1816, los argentinos hemos hecho un nuevo pacto para liberarnos del yugo de la pobreza y la decadencia, para sacudirnos el lastre de la excesiva burocracia estatal y así volver a crecer y convertirnos en la nación próspera y pujante que alguna vez supimos ser.
Resta mucho trabajo por hacer y el gobierno del presidente Milei aún debe hacer frente a un panorama económico desfavorable en el corto plazo. Para ello, debemos poner a la política exterior al servicio de los objetivos antes mencionados y la relación con Chile resulta vital para ese fin.
Como ha sostenido recientemente el presidente Milei, poco importan las diferencias ideológicas o ciclos políticos de los dos países cuando el objeto compartido es el bienestar de nuestras sociedades.
La relación bilateral goza de una gran vitalidad. El presidente Boric participó en el traspaso de mando en Buenos Aires. El pasado 27 de mayo, el canciller Van Klaveren estuvo en Buenos Aires para repasar la nutrida agenda bilateral junto a la canciller Mondino.
En lo que va de 2024 ya se han celebrado reuniones de Consultas Políticas, a nivel de vicecancilleres; del Comité Permanente de Seguridad, a nivel de viceministros de Defensa; de la Comisión de Seguimiento del Estado de los Pasos Fronterizos, a nivel de secretarios generales, y de la Comisión Binacional en Materia Antártica.
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, se reunió recientemente en Chile con la ministra Carolina Tohá para reforzar la cooperación en materia de seguridad, mientras que en estos días una misión de inversiones de los principales empresarios chilenos con intereses en Argentina visitará Buenos Aires para mantener reuniones con autoridades y contrapartes en nuestro país.
El 29 de noviembre de 2024 se conmemora el 40 aniversario del Tratado de Paz y Amistad (TPA). Ambas cancillerías están diagramando una agenda común de actividades para conmemorar ese hito. Como principal actividad, se evalúa la posibilidad de un encuentro presidencial en el canal de Beagle. También se evalúa la posibilidad de convocar la X Reunión Binacional de Ministros, principal instancia de diálogo político y diplomático entre los dos países, cuyo objetivo central es facilitar la coordinación y toma de decisiones al más alto nivel en los principales asuntos de la agenda compartida, así como identificar nuevos espacios de cooperación en beneficio de ambos países.
La independencia argentina no habría sido consolidada si Chile no hubiera sido liberado al mismo tiempo.
Ambos países están unidos por el largo cordón umbilical de la cordillera, y, en este nuevo aniversario de la independencia de mi país, no está de más recordar el mandato de una prosperidad compartida de quienes nos dieron la patria.