Carta El Líbero, 24.10.2022 Ignacio Garay P., abogado
Ya suman varios desaciertos importantes en materia de política exterior, entre otros:
Primero, la resistencia a suscribir un tratado de libre comercio -TPP11-, que traerá múltiples beneficios para nuestro país, permitiéndole acceder a un mercado de 500 millones de personas y a aranceles preferentes para nuestros productos, resultando incomprensible la postura de nuestro subsecretario de Relaciones Económicas Internacionales en esta materia -vaya ironía-, señor José Miguel Ahumada.
Segundo, el agravio por parte del presidente Boric hacia el embajador de Israel, arriesgando así una fructífera relación bilateral con dicho país, que incluye más de una veintena de acuerdos, programas y convenios entre ambos Estados, destacando los relativos a cooperación científica, energía, recursos hídricos y agricultura.
Tercero, tenemos a un embajador en España que curiosamente desprecia la diplomacia.
Cuarto, se desaprovechó una oportunidad histórica al no apoyar al destacado abogado, Claudio Grossman, a la Corte Internacional de Justicia.
Urge revisar la conducción de la política exterior de Chile y dar un golpe de timón.
