Columna El Nacional, 25.08.2017 Oscar Hernández Bernalette, ex diplomático y profesor universitario venezolano
- Porque necesitamos una salida pacifica. Venezuela no aguanta una crisis de la actual naturaleza. Millones de ciudadanos sufren por falta de alimentos , medicinas, por la galopante inflación y la inseguridad. El mundo nos ve como lo que somos, un desastre.
- Estamos frente a una nación que pierde viabilidad económica en el concierto global y que se sumerge en el fango de los peores males. Esta situación arrastra a millones de venezolanos a la desesperación. No se lo merecen viviendo en una tierra privilegiada. Amenazamos nuestro crecimiento demográfico con emigraciones masivas.
- Porque estamos dando los pasos certeros a una confrontación mayor que puede terminar en una guerra civil o en una intervención multilateral.
- Porque el gobierno perdió popularidad y no hay manera que la recupere. Maduro no recobra el legado que le dejo Chávez.
- Las redes perversas del paraestado se extienden sobre el país. Narcotráfico, corrupción, trata de blanca, minería ilegal, crimen organizado, paramilitarismo.
- Porque la democracia se debilitó de tal manera que ningún sector político confía en el otro. La Asamblea Nacional no tiene capacidad de aplicar lo que legisla y la ANC es irrita en su origen, forma y contenido.
- Porque el gobierno solo cuenta con la cúpula militar, no tiene fuerza social, ni moral y la oposición solo tiene votos y sin poder institucional.
- Hay que negociar para recuperar la confianza internacional. No hay créditos ni inversiones mientras tanto no se supere la crisis nacional.
- Para poder elegir un nuevo Presidente y un nuevo gobierno. De esta crisis se sale con un nuevo gobierno y un gran acuerdo nacional de reconstrucción económica , de confianza e institucionalización del país.
- Para que los actuales gobernantes tengan opción de evitar una salida violenta por no aceptar una salida negociada.
En definitiva, hay que negociar para que el país se recupere de la magnitud del desastre y se puedan corregir el mayor numero de daños colaterales causados en estos tiempos turbulentos. Quienes ostentan el poder deben entender que llegó el momento de negociar.
