Ecuador: la sombra de Correa

Columna
El Líbero, 19.08.2023
Fernando Schmidt A., embajador (r) y exsubsecretario de RREE
  • El “correato” no lo hemos vivido, pero los que aplauden el llamado “estallido social” son sus seguidores y esperan su oportunidad.

Mañana domingo 13,5 millones de ecuatorianos están convocados a elegir presidente, vicepresidente y 137 legisladores a la Asamblea Nacional. El actual Mandatario, Guillermo Lasso, decretó el pasado 17 de mayo la disolución del legislativo de acuerdo con el artículo 148 de la Constitución por “grave crisis política y conmoción interna”, la llamada “muerte cruzada”. Los elegidos deberán completar los mandatos interrumpidos. Es decir, gobernarán o legislarán sólo por un año y medio, entre el próximo 25 de noviembre y el 24 de mayo del 2025.

Esperamos que estas elecciones acaben con la prolongada incertidumbre política ecuatoriana que en su versión actual se arrastra desde la ruptura del expresidente Lenin Moreno (2017-2021) con su antecesor, Rafael Correa (2007-2017). Además, estas elecciones están marcadas por dos brutales asesinatos de políticos, un aumento de la violencia criminal, desconfianza generalizada en las instituciones y, como consecuencia de todo lo anterior, con cerca del 50% de la población aún indecisa. Imposible panorama más incierto.

Mañana o el lunes tendremos los resultados de la composición de la nueva Asamblea y sabremos qué peso tendrá cada una de las fuerzas políticas en ella. Se podrá calibrar si habrá capacidad de diálogo para darle gobernabilidad al país, o si se repetirá el bloqueo que se ensañó con Lasso. Respecto a las elecciones presidenciales es muy probable que nadie alcance el 45% necesario (o 40% con diferencia de 10 puntos respecto al siguiente candidato) para evitar una segunda vuelta. Esta se realizaría el 15 de octubre entre las dos primeras mayorías. Al menos, eso opina el 75% de los ecuatorianos.

De ser así, al balotaje llegaría Luisa González, la candidata del Movimiento Revolución Ciudadana (RC), ungida por el autocrático expresidente Correa, compañero de los Kirchner, Evo, Lula, los Castro, Maduro, etc. Luisa lidera en las últimas encuestas con un 22,5% en promedio. Sus posibles contendores serían Jan Topic, del Partido Social Cristiano, que en alianza con otras fuerzas (PSP y CD de derecha) forman la coalición “Por un país sin miedo”; Otto Sonnenholzner, exvicepresidente y candidato por la alianza de Avanza (socialdemocracia) y Suma (liberal) bajo el rótulo “Actuemos”; o Yaku Pérez, del Movimiento Democracia SI (centroizquierda) que aliados con Unidad Popular (izquierda) y el Partido Socialista conforman la plataforma “Claro que se puede”. No hay manera de saber si el periodista Christian Zurita, del Movimiento Construye 25, va a ser capaz de capturar el voto de repudio frente al asesinato de Fernando Villavicencio, a quien releva. Su candidatura fue admitida recién el miércoles.

Destacaría tres factores importantes a analizar a partir del lunes. El primero, la fuerza que muestre RC, el partido de Correa. Durante su presidencia, consolidó una estructura de poder político y territorial a base de una generalizada corrupción y que sigue siéndole fiel. Censuró y cerró diarios, incrementó el clientelismo, permitió el crecimiento de bandas criminales que hoy son la pesadilla de Ecuador. Al final, fue condenado a ocho años de cárcel por cohecho, pero desde su refugio belga maneja el partido a su antojo y su sombra se perfila como primera minoría en un legislativo fragmentado.

En los últimos días la popularidad de la candidata del “correato” parece haber disminuido, lo que habría obligado al mentor a intervenir para apoyarla. Lo importante, en todo caso, será calibrar si el caudillo y su grupo tendrán la voluntad de darle viabilidad a una Presidencia corta en Ecuador si no es de su signo político; o si preferirán bloquear al Ejecutivo sembrando ingobernabilidad, como lo hicieron con Lasso, para “cosechar” en las presidenciales del 2025.

Por otro lado, a partir de estas elecciones observaremos la capacidad que tendrán los grupos democráticos de corte liberal, socialdemócrata, conservador o socialcristiano para ponerse de acuerdo entre ellos. Tienen el desafío de darse un liderazgo aglutinador, joven, dinámico, creíble y lo suficientemente fuerte para enfrentar al “correato”. Las ideas de este enorme sector están dispersas en agrupaciones políticas débiles a pesar de que hay un electorado cada vez más numeroso que no renuncia a la democracia, a la libertad, que al mismo tiempo requiere del reconocimiento indígena y corrija las desigualdades que cruzan la geografía ecuatoriana. Un electorado que valora el espíritu emprendedor, que está harto de la corrupción de la política y quiere darle un giro al Ecuador.

Un tercer elemento para tener en cuenta va a ser el impacto de la crisis de seguridad. ¿El sacrificio de Villavicencio tendrá un correlato en las urnas? ¿Será posible obtener un pacto amplio que permita una acción decisiva del Estado para contenerla y eliminarla, y fortalecer así la deteriorada confianza en las instituciones? Los puntos que se agreguen a las candidaturas de Topic, Otto o Zurita constituirán un mensaje en este sentido. Será interesante comparar los resultados de estos candidatos con su posición en las encuestas previas. Esta elección debemos seguirla de cerca los chilenos porque en ella hay muchos desafíos que entre nosotros están en riesgo. El “correato” no lo hemos vivido, pero los que aplauden el llamado “estallido social” son sus seguidores y esperan su oportunidad. A veces no valoramos del todo el diálogo entre fuerzas políticas antagónicas con miras a generar reglas que permitan la gobernabilidad, crear un clima que aliente el desarrollo económico, o fortalezca las capacidades para enfrentar crecientes desafíos en el terreno de la seguridad. Por eso, es muy valioso que el presidente Boric haya sido capaz de invitar al avión presidencial a Sebastián Piñera para asistir juntos al cambio de mando en Paraguay. Por la carencia de gestos como ese, Ecuador enfrenta mañana unas elecciones marcadas por la dualidad y la incertidumbre.

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