El Paso Los Libertadores, el Parque Jurásico del Transporte Terrestre Internacional de Chile

Autor: Jaime Undurraga Matta, abogado y consultor.

Como es habitual en la época de Invierno, y desde hace muchos años, el Complejo de Los Libertadores vuelve a colapsar, produciendo serios obstáculos para el despacho de los camiones que cruzan por esa vía, con cargas entre Chile y Argentina y otros países del Cono Sur. Se calcula en varias decenas de millones de dólares al año el costo anual de su cierre por las condiciones invernales La Asociación de Exportadores de Manufacturas (ASEXMA) y los transportistas han manifestado su inquietud en el mismo sentido. Se alega como causa principal del atochamiento, además de las condiciones invernales, los procedimientos burocráticos de los servicios públicos que deben revisar las cargas y despachar los vehículos (Aduanas, SAG, etc.).

Por otra parte, el Director Nacional de Aduanas replicaba que esta situación se vería solucionada en su mayor parte, una vez que se construyeran una serie de cobertizos en el camino, que evite su bloqueo por nieve y que entrara en funcionamiento el nuevo terminal de carga internacional de Los Andes.

Para ponerlo en el contexto real, este es un tema que viene discutiéndose desde la década de los 70, cuando se empieza a desarrollar la apertura de la economía chilena, y sus exportaciones comienzan a aumentar notablemente con los países vecinos, especialmente Argentina y Brasil. De ahí el explosivo aumento del uso del camión en el transporte internacional de Chile. Aumento al cual también ayudó el cierre del ferrocarril Trasandino Mendoza-Los Andes, en la década de los 70.

Desgraciadamente, la situación no cambiará mayormente, aún con la terminal nueva en Los Andes. Y tampoco va a variar mucho con las nuevas obras programadas en el Paso de los Libertadores anunciadas por el Gobierno. Se sigue usando un modelo tradicional fuera de uso en todos los países desarrollados del Mundo. ¿Por qué no se producen los mismos atochamientos en las fronteras europeas, con tanta o más nieve como en este caso, y con un tráfico aún más intenso de camiones?

El modelo que se sigue utilizando – con más o menos variaciones – está más bien diseñado en función de los intereses ancestrales de los servicios públicos involucrados, que de la necesaria agilización de nuestro comercio internacional. Veamos algunas razones.

El uso del camión tiene algunas características especiales que deben destacarse. A diferencia de los demás medios, y con el modelo actual, el camión es el único medio de transporte que queda ligado administrativamente a la carga que transporta, cuando los controles sobre la misma se hacen durante el viaje. El barco llega a puerto, descarga, carga y se va. Lo mismo sucede con el avión. Para ellos, no existen verificaciones administrativas de sus cargas durante el viaje. Sólo el origen y el destino.

Al proceder a revisar y visar las cargas del camión durante el viaje origen-destino, el vehículo queda detenido por tiempos importantes (24/48hrs o más en Los Andes, más el tiempo en Los Libertadores), con eventuales problemas para la carga, con un costo financiero por capital inmovilizado del equipo de transporte; más todas las externalidades negativas que se originan alrededor de una actividad como ésta, como las que vemos hoy día en Los Andes (negocios “accesorios”; tráfico de camiones pesados por la ciudad, etc.) . Con la nueva terminal de Los Andes mejora físicamente algo este impacto vial, porque se ubicará fuera de la ciudad misma, pero no evitará las externalidades negativas mencionadas, salvo el tráfico al interior de la ciudad, a lo mejor. Lo mismo ha ocurrido con el llamado “ante puerto” de Valparaíso, que no es otra cosa que un eufemismo para mostrar que las cargas se pueden sacar rápido del puerto marítimo, pero se llevan a la zona alta de la misma ciudad para, desde ahí llevarlas a su destino final. Con los consiguientes transbordos adicionales y sus costos involucrados. El “ante puero” fue el resultado de una negociación política con los gremios portuarios, pero no una medida eficiente en beneficio del comercio internacional de Chile.

¿Cómo puede el País agilizar al máximo su comercio internacional que utiliza esta vía y, al mismo tiempo, garantizar el cumplimiento de todos los derechos y regulaciones vigentes que se aplican a dicho comercio? Utilizando para ello el modelo que ha estado en aplicación, por ejemplo, en la Comunidad Europea por décadas. Estableciendo grandes terminales de carga en los principales puntos de origen y destino de las cargas comunitarias (normalmente en las capitales y otras ciudades de importancia), con todas las facilidades para el despacho administrativo de las cargas y la atención física de los choferes y camiones. Los vehículos salen desde origen con sus cargas selladas; sellos que son verificados en frontera con un simple trámite de no más de 15ms y llega a la terminal de destino, donde el camión descarga y queda listo para operar. El despacho administrativo de la carga que traía pasa a ser un problema del importador y no del transportista. Este sistema funciona en forma expedita y apoyado por drásticas sanciones en caso que se verifique que los sellos de la carga se han violado.

Desde el punto de vista físico, estas terminales de origen/destino tienen la ventaja adicional de evitar el ingreso de camiones pesados a las ciudades, ya que las cargas, una vez nacionalizadas, se distribuyen a la ciudad en camiones de menor tonelaje. Además, estas terminales son lugares que permiten la instalación de una serie de servicios anexos al comercio internacional, tales como bancos, estaciones de servicios, alojamiento de choferes, operaciones de transporte multimodal, etc. Ésto, y no otra cosa, son los llamados •”Puertos Secos”. Igualmente, permiten aumentar las capacidades operativas de puertos marítimos que ingresan cargas con destinos hacia el interior (Santiago, por ejemplo), ya que usan el mismo sistema de descarga, sellado de la misma y traslado expedito a su destino, liberando rápidamente el siempre limitado espacio disponible en los puertos chilenos.

Finalmente, estas terminales de cargas internacionales origen-destino tienen la enorme ventaja para los transportistas de constituirse en el lugar ideal para encontrar cargas de retorno. En forma natural surgen las “bolsas de fletes”.

Lo que a mi juicio aparece absolutamente anacrónico, salvo una función básica policial, es que aún siga existiendo el Complejo Los Libertadores, con todos los servicios públicos existentes, incluyendo su estadía en los meses de invierno (con viáticos de zona incluidos), a casi 4.000ms de altura, y con un camino internacional que no tiene ninguna otra alternativa. Si se quisiera, perfectamente el control mínimo, al menos durante el invierno, podría situarse en Río Blanco. No tiene para qué estar en la alta cordillera. Igualmente me parece anacrónico que la terminal de camiones nueva en Los Andes, para proceder al despacho administrativo de las cargas, las cuales prácticamente todas van a otros lugares. Sin duda va a aliviar la estadía de los funcionarios de los servicios actualmente en Los Libertadores, pero no creo que agilizará mayormente la nacionalización de las cargas o su despacho en tránsito.

Con la construcción del ferrocarril trasandino en su nueva versión, también debería buscarse la misma agilidad administrativa. Con un sistema expedito, no me caben dudas que habrá demanda de transporte suficiente para ambos medios y para la combinación de los dos entre sí. Pero con la pura infraestructura física no basta.

En definitiva, si queremos realmente avanzar decididamente en nuestro comercio exterior con los vecinos o transformarnos realmente en un corredor internacional Atlántico- Pacífico eficiente (Chile País Puente), no sacamos nada con seguir preocupándonos de la infraestructura física solamente, si no atacamos con decisión la agilización administrativa de las cargas de exportación e importación. Parte de esa agilización es entender cómo funciona un eficiente sistema de transporte de carga terrestre y, desde la óptica de los exportadores y transportistas (los usuarios), construir el sistema. No al revés, solamente desde la óptica de los entes públicos (los servidores).

No hay comentarios

Agregar comentario