ELN: El actor armado del proceso de paz

Columna
Realidad & Perspectivas, N*112 (diciembre 2022)
Clara Inés Chaves, exdiplomática y escritora colombiana

Existen muchas expectativas sobre el proceso de paz total en Colombia, debido a que aún no se conoce cómo se llevarán a cabo las negociones con los distintos grupos involucrados. Entre ellos, el ELN, el Clan del Golfo y las disidencias de las FARC.

El presidente Gustavo Petro, el pasado 21 de noviembre, reinició a las afueras de Caracas los diálogos de paz con el ELN, continuando la agenda que ya existía con este grupo y el expresidente Santos.

Los puntos de la agenda son seis, entre ellos, la participación de la sociedad en la construcción de paz, democracia para la paz, transformaciones para la paz, víctimas, fin del conflicto armado, y la implementación del acuerdo.

Los países garantes en este proceso son Cuba, Noruega y Venezuela. La mesa de diálogos invitó a Brasil, Chile y México para sumarse con el estatus de países garantes, mientras que Alemania, Suecia, Suiza y España serán países acompañantes del proceso. Las partes también contemplan que Estados Unidos pueda tener un enviado especial a la mesa.

Para algunos esto es un tema de escepticismo. Para otros, y en particular para quienes habitan los territorios en los que el ELN opera con fuerza, es una gran esperanza. Un ejemplo es la población de Quibdó que pidió la intervención de la iglesia católica para que cese la violencia en su ciudad y en el departamento en general.

Por lo pronto, el ELN anunció el cese al fuego durante las presentes festividades, lo cual ya es ganancia para las poblaciones afectadas. Recordemos que esta guerrilla opera en los departamentos de Norte de Santander y Arauca, limítrofes con Venezuela, así como en Nariño y Chocó, colindantes con el Ecuador y Panamá, respectivamente.

Este grupo se ha venido fortaleciendo militarmente en particular en el lado venezolano, donde cuenta con la complicidad del ejército del vecino país. De allí que la presencia de Venezuela sea importante en estas negociaciones, además de que dentro de las mismas hay otros temas fundamentales para ambos países, como son la soberanía y la seguridad nacional.

Importa agregar que el gobierno Petro ha venido trabajando en el cumplimiento del acuerdo del proceso de paz con las FARC, relacionado con el desarrollo del campo y la reforma agraria. Esto es positivo, ya que se considera que el origen de la violencia corresponde al atraso y a la inequidad en que se encuentra el campo colombiano.

Lo lamentable es que, al parecer, existen muchos intereses políticos por parte de algunos actores para que este acuerdo de paz total no se lleve a feliz término.

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