Estrategia comercial y política exterior

Columna
OpinionGlobal, 01.12.2023
Patricio Torres Espinosa, embajador (r) y miembro de CEPERI

Una de las prioridades y también uno de los éxitos de la política exterior chilena de las últimas décadas ha sido la apertura económica y la liberalización comercial, tanto a través de la suscripción de acuerdos de libre comercio como de la promoción de nuestras exportaciones y la defensa de los principios de la libertad económica. Ello, ha estimulado la inversión extranjera en Chile, contribuido a la creación de empleos y a la expansión de la actividad de la economía, transformando el comercio exterior en la piedra angular del crecimiento económico y del desarrollo de nuestro país.

Con una red de 33 acuerdos comerciales, con 65 economías, se ha logrado cubrir el 88 % del PIB mundial, con el evidente beneficio para nuestros productos y servicios en el exterior.

Una tarea complementaria a la suscripción de estos acuerdos ha sido negociar su profundización y modernización, de manera de adaptarlos a nuevas disciplinas y tendencias del comercio internacional.

El paso siguiente a ese proceso de suscripción y modernización de los acuerdos, es -lógicamente- concentrarnos en la promoción comercial, área en que la que instituciones como Prochile juegan un rol fundamental a través de su red de oficinas y antenas comerciales. Un elemento crucial en este ámbito es la distribución de los recursos y oficinas de Prochile, en directa concordancia con nuestros objetivos comerciales.

Durante el 2024, Prochile cumplirá 50 años. Es quizás el momento oportuno para reevaluar la distribución de las oficinas y representaciones comerciales en el mundo, en función de la ponderación de cada región en el comercio exterior de nuestro país. Debemos, además, incorporar a la agenda bilateral con nuestros principales socios, la búsqueda de mecanismos y herramientas que contribuyan a aumentar y diversificar nuestras exportaciones. En esta línea, las aperturas sanitarias para el ingreso de productos agroindustriales a distintos mercados, a cargo del SAG, son fundamentales.

En otras palabras, una política comercial moderna, a la altura de los desafíos que nos presenta el comercio internacional en la actualidad exige instituciones dinámicas y una coordinación integral entre Subrei, Prochile e InvestChile. Sólo de esta manera, volveremos a hacer de la política comercial una política de estado y prioridad en nuestras relaciones bilaterales.

Asumido el actual Gobierno, se sembró, de parte de las autoridades encargadas del comercio internacional, un manto de duda sobre la conveniencia de suscribir acuerdos de libre comercio; se llegó, incluso, a detener el trabajo en este ámbito, a la espera de una consulta ciudadana para “redefinir y legitimar” la política comercial. Así fue como el avance de mecanismos que indudablemente contribuían a nuestro comercio exterior, por ejemplo, la ratificación del CPTPP, o la firma del Acuerdo Marco Avanzado con la Unión Europea, se vieron postergados otorgando evidente ventaja a nuestros competidores. De hecho, este último, cuya negociación técnica concluyó el año 2021, aún no ha sido suscrito, esperándose lo sea recién en el mes de diciembre próximo.

Creemos fundamental para nuestro desarrollo económico que la política comercial ocupe nuevamente un lugar de privilegio entre las prioridades de nuestra política exterior. Hay que recuperar el impulso, la iniciativa y la voluntad en este ámbito, que vemos que ha perdido fuerza, tal vez por ciertos sesgos o consideraciones de carácter secundario, que en nada sirven al desarrollo del país.

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