Carta La Tercera, 02.01.2015 Eduardo Rodríguez Guarachi, abogado y ex embajador de Chile en Japón y Argentina
En las últimas dos décadas, nuestro país creó las condiciones para que las disidencias con las naciones vecinas se resolvieran judicialmente, salvo excepciones. No se dio la relevancia necesaria a que las relaciones internacionales -y particularmente las vecinales- son eminentemente políticas y, por tanto, el camino natural para la resolución de los problemas es la negociación.
Que sea José Miguel Insulza agente de Chile, en la demanda interpuesta por Bolivia, permite suponer que la nueva estrategia tendrá una optimización. Cabe recordar que como canciller impulsó con acierto complejas negociaciones con Argentina, que tuvieron satisfactorios resultados, aplicando una estrategia esencialmente política. Habrá que proseguir con las etapas procesales del juicio con Bolivia y perfeccionar la estrategia, con nuevos aportes conceptuales y dejando de lado esquemas obsoletos.
La aspiración marítima de Bolivia ha signado la relación con nuestro país en los últimos 136 años, y desde hace 37 años no existen relaciones diplomáticas, demostrando que los vínculos políticos chileno bolivianos son absolutamente deficientes. Naturalmente, la existencia de la demanda hace difícil, pero no imposible, cualquier diálogo bilateral sobre el tema marítimo. No obstante, siempre es posible abrirse al diálogo y nadie puede dudar que este asunto lo requiere. El secular estancamiento de este conflicto solo se quebrará con una adecuada combinación de audacia y prudencia. La mediación papal y la negociación de Campo de Hielo, es un ejemplo inspirador.
Esta discordia resulta incomprensible para la comunidad internacional y no nos prestigia como país, en parte porque Bolivia ha hecho una excelente campaña comunicacional en el exterior. Pero el perfil y excepcionales condiciones intelectuales y políticas de nuestro agente representan una posibilidad real de dar por superado este antiguo y perjudicial problema bilateral, que perjudica gravemente nuestra imagen internacional.
