Gabriela Mistral y todos nosotros

Carta
El Mercurio, 11.09.2020
Jorge Edwards, embajador (r) y escritor

Cristián Warnken nos habla de Gabriela en un país online, que sería el verdadero país de la ausencia. Se trata, naturalmente, de nuestra Gabriela Mistral: autora del célebre poema que comienza como “país de la ausencia/ extraño país”. Gabriela, que había nacido en el Valle del Elqui, decía que le gustaba mucho La Serena, y viviendo ahí se convirtió en hermana de la orden de San Francisco, porque La Serena conservaba grandes muros medievales, a la italiana y la española. Había hablado con don Miguel de Unamuno, y Unamuno le dijo que la conquista española de América había sido como una guerra entre las grandes palabras españolas y las palabras nativas. No es porque creyera en una especie de superioridad española, sino porque sabía que el lenguaje de Chile era tan válido como el de España o el de cualquier otra parte. Pregúntenles ustedes a los últimos premiados: Elicura y Zurita.

Sugiero un par de ideas al señor alcalde de Santiago: una plaza o un rincón Gabriela Mistral o una placita de Los Trece, con pequeños bustos de los componentes del grupo: Pedro Prado, Jenaro Prieto, Acario Cotapos, Alfonso Leng y otros. Se sabría de esta placita en Japón y hasta en Vladivostok.

Alfonso Leng, que era dentista de profesión y llegaba con frecuencia a Isla Negra a la casa de su amigo Pablo Neruda, escribió un hermoso poema sinfónico sobre “Alsino”, el libro de su amigo Pedro Prado inspirado en el mito clásico de Ícaro y Dédalo, es decir, el deseo ancestral de volar.

Acario vivió en Madrid durante la guerra. Era gordito y calvo, y cuando Federico García Lorca lo divisaba, decía: ahí viene Acario “con su vientre Jesús…”. Acario tenía un poema sinfónico, “El pájaro burlón”, tan burlón como él mismo.

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