Hay cubanos muy hartos. Bastantes

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Republica, 13.07.2021
Inocencio F. Arias, embajador (r) y columnista español

Los enemigos del régimen cubano dirán que Cuba vive momentos apocalípticos. Los amigos del sistema castrista alegarán que esto es sólo un mal momento producto de la pandemia y, sobre todo, de la política imperialista de Estados. Personalmente pienso que, estando la cosa francamente mal, no hay que tomar al pie de la letra los que piensan los adversarios. Lo de los defensores resulta bastante más falso y, sobre todo, si eres imparcial, más risible.

Cuba se encuentra en una grave situación y no me refiero sólo a que sigue sin haber libertad. Estoy aludiendo a que las colas para adquirir cualquier producto han vuelto a ser largas como en las peores épocas, que faltan gran cantidad de productos elementales incluido algunas medicinas, que bastantes artículos tienen precios inalcanzables, que hay apagones diarios muy frecuentes que duran seis horas…. Increíble después de 62 años de castrismo. En esa tesitura, además, los turistas escasean por el Covid y la pandemia demuestra que la medicina cubana ha sido mitificada. Cuba no está precisamente a la cabeza de la vacunación.

Entonces llegan los defensores, los enamorados del castrismo y de sus dirigentes y dicen algo trágico-cómico. Que todo esto es debido al bloqueo criminal que hace Estados Unidos. Una explicación pueril donde las haya. Cualquier persona que viaje o lea se percata de un vistazo que lo del bloqueo es mentira. Un invento para ocultar las vergüenzas. Si Cuba estuviera bloqueada, usted no podría ir allí a hacer turismo, una empresa canadiense no podría comprarles zinc, Venezuela no podría mandarles petróleo y Francia no podría comprarles azúcar. No existe el bloqueo. Sólo hay un embargo de Estados Unidos, un embargo que siempre ha tenido bastantes agujeros, por el cual Estados Unidos comercia poco y tiene reducidos contactos con la isla. Permite, a pesar de todo, que los cubanos de Miami o de Los Angeles envíen dinero a sus parientes de Cuba que bien lo necesitan, por cierto.

El hartazgo de los cubanos, esfumándose ya el recuerdo de Fidel Castro, es perceptible si pensamos que las manifestaciones, no gigantescas pero tampoco simbólicas, se han producido en más de veinte ciudades. La gente, a pesar de que es consciente de las represalias, ha gritado libertad y hecho mofa del eslogan castrista “patria o muerte” gritando “patria o vida”.

El régimen no vacilará en apalear y encarcelar. La petición del presidente Díaz Canel para que la gente se eche a la calle “defendiendo la revolución” es ominosa y penosa. Alienta a la violencia. Significa que el régimen tiene miedo y que no vacilará en emplear la mano dura.

La democracia en Cuba no es para mañana pero en la isla están ocurriendo cosas nuevas.

El España el gobierno mira embarazado la situación. Es claro que si las protestas fueran contra una dictadura de derecha se habría vuelto locuaz. Ahora prefiere no hablar mucho.

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