‘Me sorprendió que en Chile se permite el uso libre de símbolos nazis’

Entrevista (Irmgard Maria Fellner, embajadora de Alemania en Chile)
Ex Ante, 16.07.2024
Marcelo Soto
  • La embajadora alemana Irmgard Maria Fellner termina su misión en Chile luego de dos años. Dice que le llama la atención el sentimiento antinmigración en el país y señala que fue una “tremenda decepción” que nuestro país rechazara la invitación de la Feria de Frankfurt 2025.

 

-¿Cuál es el balance que hace de su paso por Chile?

-Chile fue mi primera opción en la lista de cargos de embajadoras y estoy orgullosa no solo de ser la primera embajadora alemana en Chile, sino también de lo mucho que logramos. En el tema de seguridad mantenemos una cooperación muy intensa y cordial entre Carabineros de Chile y la policía alemana. Quisiera destacar que la experiencia es absolutamente recíproca, ya que ambas instituciones comparten aprendizajes la una de la otra.

Esperamos que pronto el Congreso chileno ratifique completamente el Acuerdo Marco Avanzado entre Chile y la Unión Europea. Esto impulsará a Chile a la vanguardia económica con la UE.

 

-¿En temas de negocios y energía verde hubo avances?

-En el sur de Chile opera desde diciembre de 2022 la primera planta piloto para la producción de hidrógeno verde con participación mayoritaria de Alemania. Chile es un país clave para la transición energética con sus importantes recursos de litio y cobre, y sus condiciones privilegiadas para la producción de energías limpias.

 

-¿Y en el aspecto cultural?

-Me alegra que contemos de nuevo con un Instituto Cultural Goethe, el cual esperamos tener pronto funcionando en su tradicional sede de la calle Esmeralda. La destacada gestora cultural chilena Carmen Romero recibirá en pocas semanas la Medalla Goethe, la más alta distinción cultural de Alemania. También felicitamos a Chile que será país anfitrión de las Olimpiadas Especiales 2027 como sucesor de Alemania en 2023.

 

-¿Qué impresión le causó el país?

-Lo que me ha impresionado enormemente en este país es la solidaridad a nivel humano. Pude verlo cuando abrió sus oficinas en Chile la fundación alemana DKMS: en muy poco tiempo logró que miles de personas se inscriban para ser donantes de células madre y así salvar la vida de personas con enfermedades mortales a nivel internacional.

 

–¿Qué no pudo lograr durante su misión en Chile?

-Hubiese querido recorrer más Chile, hay tantas bellezas que quiero visitar en el futuro. En el ámbito político hay dos cosas con las cuales siempre debí lidiar. Lo primero es el hecho de que en Chile existe una opinión muy desfavorable frente a la migración. Las personas sienten temor generalizado. ¡No todos son criminales!

Las personas que buscan una mejor vida son un aporte a la sociedad, pues vienen con deseos de trabajar. En Alemania estas personas siempre han contribuido a revitalizar la economía, tanto en el caso del milagro económico posterior a la Segunda Guerra Mundial como en tiempos más recientes.

Lo segundo que me sorprendió es que en Chile se permite el uso libre de símbolos nazis. En Alemania vestir o exhibir los símbolos del Partido Nacional Socialista es penalizado. Es bueno que el Estado cuente aquí con herramientas, pues en Europa hay un resurgimiento de partidos de extrema derecha antidemocráticos.

 

-Una noticia cultural importante fue la decisión de Chile de no ser el país invitado de honor de la Feria del Libro de Frankfurt 2025. ¿Fue un error del ministerio de Cultura?

-Cuando supe que sería la primera embajadora alemana en Chile, contacté inmediatamente al director de la Feria del Libro de Frankfurt y le mencioné que Chile aún no había sido invitado y que esta sería la mejor ocasión para hacerlo. Que el Ministerio de las Culturas haya rechazado la invitación para participar en 2025 fue evidentemente una tremenda decepción.

 

-¿Cuál es su explicación?

-El entonces ministro quizás no contaba con toda la información de lo que significa ser país invitado de honor a la feria: seis meses de visibilidad permanente y gratuita, no solo en Alemania, sino en todo el mundo. Por eso valoro mucho la inmediata disposición del presidente Boric para corregir esa decisión del ministerio.

Como la lista de países interesados es larga, tuvimos que trabajar duramente para lograr una nueva oportunidad para Chile en 2027. Actualmente tenemos una delegación de la Feria en Chile capacitando a editores chilenos para que lleguen preparados de la mejor manera a Frankfurt. Por ejemplo, iniciando desde ya la traducción de obras al alemán.

 

-Un tema sensible en la relación chileno-alemana es el de Colonia Dignidad. ¿Cuál es su percepción de este tema?

-Colonia Dignidad es por cierto uno de los temas más complejos entre nuestros estados. Es importante saber que el territorio restringido donde operaba la antigua Colonia Dignidad no fue un “enclave alemán”, como suele decirse. En la búsqueda de avances Alemania no puede pasar a llevar a Chile. La contemplación de los crímenes que se cometieron en ese lugar es como una dolorosa caída en un abismo sin humanidad.

 

-¿Hubo responsabilidad de ambos estados?

-Son los estados a quienes corresponde ahora asumir la culpa, por la responsabilidad de políticos y funcionarios que durante el tiempo de Colonia Dignidad apartaron la vista de los horrores. Tenemos que aclarar todo lo que pasó, tanto por las víctimas como por sus familias. Cada vez que el Canciller Federal y el presidente Boric se ven, concuerdan en esto. Alemania admira cómo el gobierno chileno ha colocado los temas de la memoria histórica y de la dictadura militar en el centro del trabajo de Derechos Humanos. Y por eso el presidente chileno fue recibido con ovaciones cuando estuvo en Berlín, en junio.

 

-América Latina se debate entre la influencia de dos súper potencias, China y EEUU. ¿Beijing ejerce una presión para aumentar su presencia en la zona?

-La forma en que China se ha expandido en todos los continentes responde esencialmente al propósito de asegurar su alimentación y su desarrollo. Por esto China compra superficie agrícola, por ejemplo. Occidente tiene un interés estratégico en sostener un diálogo permanente con China sobre todos los temas globales, incluyendo aquellos donde no logramos entendimiento, como por ejemplo la definición de los derechos humanos. Sin China no se pueden resolver problemas fundamentales del mundo, como el cambio climático. En esto el tándem Chile-Alemania encabezado por Maisa Rojas y Jennifer Morgan logró un éxito rotundo en la COP27.

 

-Un sector del gobierno de Boric es crítico de los tratados de libre comercio. ¿Ha sido complejo negociar con Chile?

-En la discusión en torno al libre comercio el mayor desafío para mí es explicar al público que esta es una relación mutuamente beneficiosa, un win-win para ambas partes. Chile es un país que vive de sus exportaciones, al igual que Alemania. Para nosotros es normal que haya coaliciones de gobiernos con partidos de diferente orientación política y con conflictos temáticos, a veces arduos.

 

-Un artículo de TableBerlin señaló que su partida de Chile tiene su origen en polémicas internas de la embajada. ¿Cuál es su versión?

-Las rotaciones y la flexibilidad para cambiar de puesto, a veces en el cortísimo plazo, son parte de la diplomacia. Respecto de los asuntos internos mencionados en el artículo en cuestión, usted comprenderá que no voy a comentarlos.

La diplomacia logra sus mejores resultados cuando se desarrolla silenciosamente. No estamos bebiendo champaña todo el día. Somos nosotros los que debemos, en última instancia, negociar, por ejemplo, con dictadores y secuestradores. Para poder llevarla a cabo de la mejor manera posible, necesitamos discreción.

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