Merkel ganará de nuevo

Columna
República, 30.08.2017
Inocencio Arias, embajador (r) y columnista español

Doña Angela Merkel es probablemente la política occidental más respetada y lo continuará siendo. El zarpazo terrorista de Barcelona, que atrajo la atención de los medios de información de la práctica totalidad de los países occidentales, amén de otros eventos de importancia más localizada-los desplantes desconcertantes de Trump, el desafío ilegal de los dirigentes catalanes en España,…-han relegado por el momento el interés por las elecciones germanas. Un acontecimiento de especial relevancia dado el peso de Alemania y en la Unión Europea y en el mundo y la inminencia de la convocatoria: Los 61 millones de votantes teutones acudirán a las urnas dentro de unas tres semanas.

La señora Merkel tiene unos pronósticos muy halagueños, obtendría hoy entre el 39 y el 40% del voto. Su principal rival, el socialista Martin Schulz que arrancó de forma muy prometedora cuando abandono las instituciones europeos y anunció su candidatura ha perdido fuelle. Hoy conseguiría un magro 24% del voto. Después entrarían los liberales (FDP) que, a pesar de ser la formación que, en coalición, más años ha estado en el poder, tuvo un traspiés considerable en los últimos comicios. Con porcentajes en los sondeos similares a estos últimos (8 %) están el euroescéptico y antiislámico AfD y los verdes.

La generosa política de acogida de refugiados de hace dos años no ha pasado mayormente factura a la señora Merkel como se temió en primer momento. El casi millón de personas llegadas en su mayoría de Siria se han instalado en el país sin mayores brotes de xenofobia. La líder demócrata cristiana reculó parcialmente al año siguiente, entornado parcialmente las puertas e impulsando un acuerdo con Turquía que según más de un crítico (Nair) es una vergüenza y un baldón para Europa. Los partidarios de la Merkel argumentan que dada la actitud cicatera de muchos países europeos, Hungría, Polonia…. acoger a todo el que llegara acabaría siendo un suicido. La semántica en Europa también ha cambiado. Antes se hablaba de refugiados, ahora de inmigrantes económicos a los que no hay obligación de recibir.

El sistema electoral germano es enormemente complejo. Los votantes depositan dos papeletas, una personal para un candidato y otra para el partido de preferencia. Esto hace que, en función de los resultados, el Bundestag, que cuenta actualmente con 594 diputados, puede ensancharse hasta 790.

La favorita predica estabilidad y buena marcha de la economía, los socialistas ponen más  énfasis en la política social y en la reducción de las desigualdades. En política exterior difieren en los gastos de defensa. Merkel desea llegar al 2% al que nos comprometimos los europeos y que despierta, por la lentitud en aplicarlo, la irritación de Trump( e incluso de Obama). Schulz está en contra.

El ganador de las elecciones deberá gobernar en coalición. Una probable aunque no segura y que sería vista con buenos ojos en Washington, aunque la química Trump-Merkel sea escasa, en el Paris de Macron y en  la Moncloa  es la negra y amarilla, es decir doña Angela con los liberales

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