Panorámica de la coyuntura

Columna
Realidad y Perspectivas, N*86 (julio 2020)
Samuel Fernández Illanes, abogado (PUC), embajador (r) y profesor (U. Central)

Dada la emergencia, las medidas para contener la rebelde pandemia han suspendido o limitado libertades ciudadanas, que condicionan el ejercicio democrático y un pilar básico. Igualmente, observamos casos en que se ha impuesto una mayor denuncia y corrección política, intransigente con hechos pasados ahora inaceptables, en que personajes históricos son reevaluados. Otros, aprovechan de conculcar derechos y aumentar su control interno. También, las potencias han aumentado su gravitación internacional, a la vista de todos.

Rusia consolida su poder, y Putin eterniza su mando casi vitalicio. No utiliza la fuerza, sino elecciones programadas, cuyos opositores son intrascendentes, desde hace veinte años. Se instala, otra vez, un sólo sistema y un sólo protagonista, sin riesgos de alternancia, ajeno a las prácticas democráticas occidentales. Prosigue presionando a Ucrania, y apoya cualquier posición antinorteamericana. Gran Bretaña y Estados Unidos, por su lado, denuncian intervenciones cibernéticas.

El liderazgo de Xi Jinping se yergue en China y el mundo, sin oponentes, basado en su progreso económico-comercial y planes de largo plazo. Su influencia crece, mientras EE.UU. se concentra en sí mismo, y Europa procura rescatar su Unión Política y Comunidad Económica, plena de desafíos dentro y fuera de la zona, incluida Turquía que se islamiza. Xi busca más amplios dominios, comprendido el electrónico. Actúa en la frontera India, reduce a Hong Kong, Bután, y el Tíbet, sin renunciar a Taiwán. Avanza en el Mar del Sur, e incumple el arbitraje con Filipinas. Contraataca toda crítica con gran energía.

Estados Unidos y Trump, encaran las elecciones de noviembre. Hay flancos internos, con la sistemática pugna demócrata y agresiva campaña de ciertos medios, amparados en un virus no controlado, que contrasta su prioridad económica. Lo atacan antiguos colaboradores y familiares, que importan sólo por serlo. China y Rusia lo confrontan internacionalmente, junto a Venezuela, Irán, y algunos árabes, más los antinorteamericanos tradicionales.

Son realidades que nos involucran a todos. Cualquier intento de modificarlas sería estéril, por ahora, en que ciertas tendencias de corrección son desafiadas por las potencias incorrectas.

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