Editorial El Mercurio, 11.04.2016
(www.lasexta.com)
En medio del entrampado diálogo para formar gobierno en España, aparecen revelaciones de que los líderes del partido de izquierda Podemos habrían recibido, de parte del gobierno de Venezuela, una suma bastante mayor de la que ya se conocía. Se trataría de aportes ilegales -en España se prohíbe el financiamiento extranjero a la política- de Hugo Chávez a los dirigentes que después fundarían Podemos, y que en ese entonces, 2008-2012, formaban parte de un centro de estudios que "asesoraba" al gobierno venezolano.
Pablo Iglesias niega rotundamente haber recibido esos aportes ilegales, como tampoco recursos iraníes, recibidos supuestamente a través de la participación en programas de una televisora local de propiedad del gobierno de los ayatolas. Y no puede actuar de otra manera, pues Iglesias busca arduamente ser protagonista indispensable a la hora de que el líder del PSOE forme un gobierno.
Iglesias sigue poniendo condiciones inaceptables tanto para socialistas como para los centristas de Ciudadanos, los cuales mantienen un pacto de gobernabilidad que ponen por delante ante cualquier exigencia de Iglesias, lo que se interpreta como la negativa del referente de izquierda para apoyar un gobierno en el que estén los centristas. El objetivo de Podemos sería más bien hacer que el PSOE rompa el pacto y acepte unirse a la extrema izquierda. Un escollo infranqueable para el socialismo es la persistencia de Podemos en la convocatoria a consulta sobre la independencia de Cataluña.
Si en las próximas semanas no ocurre un sorprendente acuerdo, lo probable es que los españoles vayan a votar el 26 de junio, y las encuestas hoy muestran que el Partido Popular mantiene la delantera, seguido por el PSOE, pero con Ciudadanos superando a Podemos, el partido que más ha perdido en esta etapa de bloqueo político, por su actitud intransigente y obstructiva al negociar.
Si las elecciones se realizan, entonces lo probable es que, al igual que en diciembre, ningún partido obtenga la mayoría absoluta. Para ese momento el PP espera que sí haya un ambiente para crear una gran coalición, con PSOE y Ciudadanos, los que comparten la visión de una España unida, con un sistema económico de mercado, y vinculada a la Unión Europea. La interrogante es si Mariano Rajoy consigue que los eventuales aliados acepten que él siga como Presidente.
