Presidente Boric y Perú

Entrevista (Fabio Vio, exembajador chileno en Perú)
El Libero, 29.01.2023
Uziel Gómez

El exdiplomático, que tuvo una carrera de 46 años en el Servicio Exterior, afirma que “desgraciadamente, las palabras del presidente y las calificaciones innecesarias son una intervención en el proceso interno que está viviendo Perú”. Fabio Vio advierte que es una frontera que todos los gobiernos chilenos siempre han evitado traspasar por sus complejas implicancias. “Fue mucho más grave de lo que la gente cree”, asegura.

Fabio Vio Ugarte fue embajador en Perú (2008-2014) durante los primeros gobiernos de Michelle Bachelet y Sebastián Piñera, y es uno de los diplomáticos chilenos que mejor conoce al vecino país.

Vio tuvo una destacada y prolífera carrera de más de 46 años en el Servicio Exterior, donde fue director de política bilateral y director general de Política Exterior de Relaciones Exteriores, garante en el conflicto entre Perú y Ecuador, coordinador de cumbres internacionales, embajador en media decena de países y condecorado por casi 30 naciones.

De hecho, Perú le entregó la Gran Cruz de la Orden El Sol de Perú, una de las dos distinciones que entrega dicho Estado a ciudadanos extranjeros por sus servicios extraordinarios.

Precisamente con el vecino país se vive una situación delicada, luego de que el presidente Gabriel Boric expresara en la Cumbre de Celac que “con el gobierno bajo el mando de Dina Boluarte, personas que salen a marchar, a reclamar por lo que consideran justo, terminan baleadas”. Además, llamó a un “cambio de rumbo en el Perú, porque el saldo que ha dejado la represión y la violencia es inaceptable”.

Esa declaración fue respondida en duros términos por la cancillería peruana, que las calificó de “irrespetuosas”.

En conversación con El Líbero, Fabio Vio analiza este conflicto político, la Cumbre de Celac y los reiterados errores que ha cometido la Cancillería durante este gobierno.

 

-¿Cuál es su opinión sobre la Cumbre de CELAC?

-La Cumbre no fue lo que se esperaba, en términos de una reunificación de nuestra región. Más bien tuvo un fuerte componente ideológico, en el cual, las fuerzas que hoy gobiernan parte de América Latina quisieron reivindicar el renacer de la unidad latinoamericana. Creo que no lo consiguieron.

 

-¿Cuál es su análisis de Chile en la Cumbre?

-Más primó el problema interno de la filtración de los audios de la Cancillería, y el discurso del presidente y su referencia a Perú. Hubo un claro posicionamiento del gobierno de Chile con un sector más de izquierda de la región.

 

-El presidente de Uruguay acusó que la cumbre se había ideologizado.

-Es evidente. El tema latinoamericano es muy complejo. Estamos viviendo una etapa en la cual los gobiernos, en general, han cambiado su orientación política, y hay una fragilidad muy grande en toda la región. Si uno hace análisis por país, muchos están muy polarizados, como Brasil, Argentina, Chile, Bolivia, Colombia. Es indudable que hay una orientación hacia la izquierda. No sé si esto se concretará en revivir Unasur, que fue un fracaso absoluto. La Alianza de Pacífico que para Chile es esencial, se ha visto perjudicada por razones políticas. Hay que tener mucha serenidad, pragmatismo, dejar de lado la parte ideológica y partisana, y tratar de formar una unidad latinoamericana que sea democrática, abierta, tolerante y próspera.

 

-¿Cómo evalúa las declaraciones del presidente Boric sobre Perú?

-Estoy de acuerdo con la mayoría de los analistas que han opinado de este tema, de que fue un discurso respecto de Perú muy desafortunado, mucho más grave de lo que la gente cree. Fui embajador en Perú en años muy complejos y sensibles, en medio del conflicto en la Corte Internacional de Justicia, y los gobiernos de Chile siempre han cuidado la relación con Perú.

 

-¿Por qué?

-La primera razón es que tenemos vínculos políticos, económicos, sociales, de emigración, turismo, que son muy fuertes y nos condicionan mucho. En unos años más, Perú y Chile van a producir la mitad de todo el cobre del mundo. Hay inversiones por cada país que son enormes. La segunda razón por la que todos los gobiernos han tenido mucho cuidado, cualquiera sea su orientación política, es que la relación es muy sensible. Tiene altos y bajos. Me tocó la época de La Haya, y hubo momentos difíciles, pero en los gobiernos de Bachelet y Piñera hubo mucho cuidado en no traspasar ciertas fronteras. El discurso del presidente Boric traspasó esas fronteras. Desgraciadamente, sus palabras son una intervención en el proceso interno que está viviendo Perú. Las calificaciones innecesarias, respecto de la policía, la universidad y el rumbo político del país, traspasaron las delicadas fronteras de cuidado y respeto con Perú.

 

-El Presidente replicó que seguirá defendiendo los DD.HH. en todos los gobiernos, independiente de su signo político.

-Eso no quiere decir que no nos preocupen los DD.HH. Se deben investigar las muertes, pero no se puede expresar y calificar en un foro internacional a otro país como lo hizo Boric. Cuando un presidente o gobierno tiene preocupaciones sobre otras naciones, como las que tiene Boric, hay mecanismos que no son públicos y maneras de transmitir las cosas. La diplomacia tiene muchos matices que son útiles para transmitir preocupaciones, opiniones, y creo que desgraciadamente el presidente está convencido de que hizo un acto en que reafirma su convicción de respeto a los DD. HH. Pero traspasó una frontera muy delicada.

 

-¿Qué opina de la respuesta de Perú?

-Escuché a la canciller de Perú y fue muy prudente. No nombró a Chile y hablo de un país vecino. No voy a calificar lo que ha hecho Perú. Ellos tienen una sensibilidad muy especial. Chile es un país muy importante, y es por eso que las reacciones han sido bastante contundentes.

 

-¿Cuál es su reflexión sobre la actual Cancillería y el manejo de las relaciones exteriores?

-Muy mal. Me da mucha pena. Estuve 46 años en la Cancillería y trabajé con embajadores de primera categoría, que eran un lujo de embajadores de carrera, y nos daban un prestigio dentro de la región muy importante. La diplomacia chilena es respetada dentro de la región y el mundo por su seriedad y profesionalismo. Desgraciadamente, y no quiero entrar en los detalles, lo que ha pasado en la Cancillería durante este gobierno ha sido muy penoso y no nos ayuda. Los diplomáticos profesionales están preocupados. Hay que cambiar y retomar la diplomacia tradicional chilena, la profesionalización, serenidad, tranquilidad, sobriedad, el respeto a las formas, todo ello no es contrario de un proceso de modernidad. A los funcionarios de carrera no nos gusta lo que está pasando en el ministerio, los nombramientos de embajadores, las faltas de respeto a la profesión y los continuos errores. Es un daño irreparable a la imagen de nuestro país, que los chilenos no merecemos.

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