¿Qué es un Estado fallido?

Carta
El Mercurio, 18.03.2022
Geert Criel, embajador de Bélgica en Chile

Quisiera responder a la carta del señor Genaro Arriagada Herrera, que en “El Mercurio” del 16 de marzo intentó calificar a Bélgica de Estado fallido. El señor Arriagada solo cita la compleja estructura institucional y política de Bélgica para calificar al país de Estado fallido. Esta es ya una definición inusual en sí misma. Que la estructura institucional en Bélgica es compleja es indiscutible, como lo es en muchos otros países. Pero la complejidad no es por definición ineficiente o inviable. Un intenso debate político democrático no conduce necesariamente al caos; al contrario, suele ser un requisito para la estabilidad política y la prosperidad económica.

La reciente evolución de Bélgica de un Estado centralizado a uno federal es el resultado de un proceso democrático y totalmente pacífico. En sí mismo, esto ya es un gran logro hoy en día. La Constitución belga garantiza a todos los belgas, independientemente de la lengua que hablen y del lugar en el que vivan, una representación democrática, el respeto de los derechos humanos y un entorno en el que todos puedan desarrollar sus talentos.

El nivel de vida de los belgas es alto, incluso para los estándares europeos. La atención en la salud belga es excelente. Las escuelas y universidades son de nivel mundial, con un costo mínimo para los ciudadanos. La inversión extranjera es una parte importante de la economía. Los salarios son altos y la protección social es amplia. Los inmuebles son relativamente baratos. En general, los belgas viven una vida larga y próspera.

Tal vez la contribución del señor Arriagada pretenda ser un homenaje al sentido del humor surrealista de Bélgica, pero si esta es la definición que hace el señor Arriagada de un Estado fallido, solo puedo considerarme afortunado de vivir en un país así, y con mucho gusto acepto la complejidad constitucional que conlleva.

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