Rusia: el golpe de estado enigmático

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República, 25.06.2023
Inocencio F. Arias, embajador (r) y columnista español

En la época soviética el muy citado Churchill hizo un juego de palabras para describir al país: “La URSS es un acertijo envuelto en un misterio dentro de un enigma”.

Ahora sabemos más cosas de Rusia, pero el abortado golpe del rebelde Prigozhin, jefe y financiador del grupo armado independiente Wagner y amiguete de muchos años de Putin, tiene ribetes misteriosos.

El rebelde lleva meses pregonando que la cúpula militar de Rusia es escoria, que los generales Gerasimov y Choigou eran unos blandos incompetentes causantes por su torpeza de la muerte de miles de soldados rusos. Finalmente ha acusado al mando ruso de bombardear una base de Wagner provocando centenares de muertos. Su indignada reacción ayer fue tomar la ciudad de Rostow y hacer un amago de marchar sobre Moscú.

Putin, que durante meses había hecho oídos sordos con las invectivas e insultos de Prigozhin, por fin reaccionó: en una intervención de cinco minutos afirmó que esto le recordaba los peores momentos divisorios de la revolución de 1917, que era una puñalada a Rusia por la espalda mientras se luchaba en Ucrania y, no podía faltar con el cinismo propio de la casa, que “ la maquinaria política, económica y mediática de Occidente se ponía en marcha contra nosotros”.

Anoche, para evitar un baño de sangre según el rebelde, se llegó a un acuerdo que detuvo la “posible” guerra civil. Prigozhin dejaba Rusia sin cargos y se perdonaba a sus mercenarios. Aquí empiezan las especulaciones divergentes: Unos piensan que el golpe era un show montado por Putin y el jefe de Wagner. El presidente, con la ayuda del bielorruso Loukachenko actuó como estadista que para un golpe y las luchas entre hermanos. Buena preparación para su reelección en 2024.

Abonaría esta tesis el hecho de que los servicios de inteligencia de Estados Unidos, que acertaron plenamente cuando en febrero del año pasado anunciaron que Rusia atacaría Ucrania en un par de días, informaron el miércoles pasado que el grupo Wagner planeaba un golpe inmediato. ¿Puede la CIA estar mejor informada sobre Rusia que el FSB ruso? ¿Por qué el gobierno no actuó y las columnas de Wagner no fueron bombardeadas por la fuerza aérea cuando iniciaban su marcha hacia Moscú?

Otros, más numerosos, sostienen que esta tesis es disparatada, que Prigozhin, lleno de ego y al ver que era bien acogido en diversas poblaciones y con simpatías obvias en estamentos militares, se lanzó en solitario a su aventura sin connivencia con Putin. En apoyo de esta postura se utiliza una argumentación importante e iconoclasta para el amo del Kremlin: en su grito insurreccional, el rebelde, quemando sus naves, refutó con rotundidad las groseras tesis de Putin para justificar la invasión de Ucrania: No, dijo, Ucrania no iba a atacar a Rusia, “la invasión no era una necesidad nacional”, lo que estaba en juego no era la existencia de Rusia. Unas afirmaciones que podría hacer la Otan por ser más conformes con la realidad.

Estos que creen que la algarada fue un golpe de estado hasta que dejó de serlo aducen que es una muestra de la guerra interna entre el grupo de San Petersburgo, en el que se mueve el antiguo ratero Prigozhin y en el que se ha apoyado Putin en el pasado, y  el clan moscovita de los generales citados.

La prensa estadounidense, que ha sido prudente -el gobierno de Washington también ha huido de mostrar regocijo- estima que Putin ya no controla férreamente todas las instituciones (¿estaba seguro de que el ejército obedecería la orden de aplastar a los rebeldes?), que su poder sale quebrantado. El comentarista David Ignatius, rememorando a Kruschev cuando la crisis de los misiles cubanos titula: “Putin miró las profundidades del abismo y parpadeó”.

En el exterior, el pronunciamiento del rebelde (“la invasión a Ucrania fue un error monumental”) podría hacer recapacitar a actores tibios importantes, China, India... Más dudoso es que originen dudas en la victimista e hipnotizada población rusa fiel creyente en la religión de que todo es un complot occidental contra la Gran Rusia.

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