Sánchez vendiendo humo, sanchinfleando

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Republica, 28.12.2021
Inocencio F. Arias, embajador (r) y columnista español

Estoy convencido de que, si Sánchez fuera más cicatero en sus comparecencias públicas, si hablara menos, si archivara su triunfalismo infantil en los problemas más insospechados muchos pensaríamos que puede que sea menos farsante de lo que parece.

Ahora bien, oírlo en tono festivo, aunque aparentemente reconcentrado, reflexivo, falso, lo de “murcianos y murcianas”, “trabajadores y trabajadoras”, acentuar equivocadamente las palabras para darle un énfasis vacuo al tópico que va a soltar, comprobar que continúa presentando a España ante el mundo como una nación que pasma a todo el planeta (con la que está cayendo en estas semanas) lleva de nuevo a tu mente la convicción de que nos está gobernando un tahúr.

La realidad, los hechos son tercos pero el doctor Sánchez se niega a verlos. Uno puede detenerse en los datos que proporcionan organismos internacionales, de mayor solvencia que nuestro gobierno y que la última Calviño, uno puede leer estadísticas de los medios de información extranjeros fiables. Con extraordinaria frecuencia resuena en ellos una bofetada a lo que están haciendo nuestras autoridades, constituyen un golpe que nos desnuda, pero Sánchez no ceja.

El último tortazo es la de la revista “The Ecomonist”, una publicación más leída que la hoja parroquial de mi pueblo. Trae un iluminador artículo sobre los países que se han bandeado mejor y peor durante la pandemia. Para vergüenza de cualquier español aparecemos en la cola de 23 naciones. No es sólo que el paro medio de esos países sea del 5´6% y el nuestro del 14%. Es decir, más del doble (aunque uno de estos días oiremos a un secuaz de la señora Diaz, o a ella misma si encuentra una expresión cursi para exponerlo, que desde hace ocho años no había habido como ahora dos miércoles seguidos en días impares y lluviosos en que el paro sufriera un descenso). Lo del paro ya lo tenemos asumido. Lamentablemente.

Sin embargo, lo que despliega la prestigiosa revista británica es pasmoso. España es el país en que creció menos el producto interior bruto, no despegamos. Hay cuatro naciones, Dinamarca, Suecia, Noruega y Estados Unidos que superaron en su producción los niveles de antes de la pandemia. En el sur de Europa, Italia está por debajo del 1´30 pero España en el 6´6. Abracadabrante. Para que nos demos cuenta de que Italia no renquea en todos los terrenos como nosotros, las inversiones en esa nación han crecido 6´9, en España han descendido 6´5.

España va a la zaga en todo. Y ese es el misterio de nuestro país. Somos el farolillo rojo y nuestro gobierno, con Sánchez de mascarón de proa, saca pecho a diario. (Recordemos que está en la sangre del zapaterismo y el sanchismo. Don José Luis pregonó que habíamos pasado a Italia y pronto rebasaríamos a Francia). El segundo misterio, más grave que las fanfarronerías de los políticos, es que los militantes de izquierda no quieren en absoluto enterarse de esto. Su miopía ideológica, voluntarista o pesebril no les deja ver el bosque. Y el tercer misterio: no se acaba de entender como la masa de votantes españoles, en teoría sensatos y realistas, aún no se desayunan del todo con que les están vendiendo humo día tras días. Sánchez cantinflea y no se le pasa factura.

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