¿Trump elige al presidente del BID?

Columna
Clarín, 17.06.2020
Felipe Frydman, economista y ex embajador argentino en Tailandia
Estados Unidos propone a Mauricio Claver-Carone para la presidencia del BID

La decisión del presidente Trump de nominar a Mauricio Claver-Carone, Director para el Hemisferio Occidental del Consejo Nacional de Seguridad de la Casa Blanca, para dirigir el Banco Interamericano de Desarrollo representa una derrota política para América Latina pero también constituye una oportunidad en la difícil coyuntura por la cual atraviesa la región como consecuencia de la crisis del COVID 19.

Es la primera vez que los Estados Unidos toma la iniciativa para ocupar la presidencia del organismo financiero que fuera creado en 1959 por empuje de Juscelino Kubitschek para apoyar el desarrollo y la integración del continente. La creación de un banco de desarrollo con sede en Washington fue un intento de comprometer la participación financiera de los Estados Unidos con la región en un momento donde existía un impulso conjunto bajo el ropaje del “desarrollismo” para superar el estancamiento económico. Todos los presidentes del BID permanecieron en sus cargos por tres períodos dándole estabilidad pero no renovación y adaptación a un mundo cambiante.

Los países latinoamericanos tienen el 50% de los votos de los cuales Argentina posee al igual que Brasil el 11,35% y México 7,3%. Los miembros no regionales reúnen el 16 y Canadá 4%. Si bien Brasil tenía su propio candidato cabe esperar que el Presidente Bolsonaro apoye a Claver-Carone para mantener su relación privilegiada con el Presidente Trump dándole un margen cercano para asegurarle la elección.

La falta de consenso latinoamericano dinamitó las posibilidades de un candidato único. La Presidencia del BID tiene importancia política si existiera una visión común sobre el futuro pero la región ha mostrado que los países no comparten el mismo enfoque económico ni tampoco político y que la integración sólo forma parte del discurso para no desentonar con algunas posiciones del folclore tradicional.

El presidente Fernández tomó la iniciativa de proponer a Gustavo Beliz luego de designarlo como Secretario de Asuntos Estratégicos replicando la jugada de Mauricio Macri cuando eligió a Susana Malcorra como Ministra de Relaciones Exteriores como un gesto de apoyo a su candidatura a la Secretaría General de las Naciones Unidas. La elección del Secretario General de la OEA también marcó las discrepancias y el límite de las preferencias argentinas.

La candidatura de Gustavo Béliz recibió el apoyo de México como señal de la empatía entre el presidente López Obrador y el presidente Fernández. Sin embargo, el Gobierno mexicano siempre ha mostrado su predisposición a aceptar las sugerencias de Donald Trump para resguardar los vínculos económicos. El Acuerdo USMCA y el apoyo brindado para el control de la inmigración ilegal son factores determinantes en las relaciones entre ambos países que podrían modificar el compromiso adoptado en primera instancia con la excusa de no reunir un mínimo aceptable de votos.

La crisis del COVID mostró la debilidad de América Latina para enfrentar una situación de esta magnitud que provocará un aumento considerable de los niveles de pobreza; la superación demandará un extraordinario esfuerzo y la necesidad de apoyo financiero internacional. Los recursos presentes del BID son escasos y se requerirá la ampliación de su capital para poder realizar un aporte significativo. Los Estados Unidos constituyen la única fuente que podría cambiar el carácter del organismo para aliviar la situación social y evitar el deterioro de la infraestructura.

Las posiciones políticas de Claver-Carone con relación a Venezuela, Cuba y Nicaragua no facilitan la aceptación de su candidatura por unanimidad. Pero Donald Trump no se caracteriza por buscar la adhesión sino que ha hecho del disenso y confrontación su política. El Secretario del Tesoro Steven Mnuchin remarcó en la presentación que la nominación indica el “fuerte compromiso de Trump con el liderazgo de Estados Unidos en importantes instituciones regionales y con el avance de la prosperidad y la seguridad en el hemisferio”. Los Estados Unidos deberían explicar cuáles son esos compromisos para que América Latina pueda aceptar el cambio de los reglas en la elección del presidente del BID.

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