Columna El Mercurio, 14.12.2023 León de la Torre Krais, embajador de la Unión Europea en Chile
El año 2023 termina con una magnífica noticia, como es la firma del nuevo Acuerdo Marco Avanzado entre la Unión Europea y Chile, que eleva a otro nivel una relación ya muy cercana.
Con el retorno a la democracia en Chile en 1990 se abrieron negociaciones y primeros tratados que culminaron en 2002 con un Acuerdo de Asociación, el primero suscrito por la Unión Europea en América del Sur. Este acuerdo favoreció una intensa agenda política y de cooperación e impulsó el comercio bilateral y la inversión europea en Chile, que hoy es la primera en el país. Estos 20 años han reflejado los profundos vínculos históricos y culturales que nos unen, con cientos de miles de ciudadanos chilenos con un segundo pasaporte de un Estado Miembro de la Unión Europea, un flujo de estudiantes chilenos que se perfeccionan como primera opción cada año en universidades europeas, gracias también al programa Erasmus, y una defensa de valores comunes e intereses complementarios a nivel bilateral, regional y global.
Pero 20 años en un momento de grandes cambios en el (des)orden mundial y de imparables avances tecnológicos exigían una modernización de nuestro acuerdo, para que reflejara nuestra ambición compartida por un sistema multilateral basado en los valores de la carta de Naciones Unidas, la lucha contra el cambio climático, la digitalización o una mayor inclusión social, entonces con beneficios concretos para el desarrollo de nuestras sociedades.
Las negociaciones arrancaron durante el gobierno de Michelle Bachelet II, continuaron en el de Sebastián Piñera II, y concluyeron en diciembre pasado con el gobierno de Gabriel Boric, confirmando así este acuerdo como una política de Estado.
La relación Unión Europea y Chile vuelve a ser pionera con un Acuerdo Marco Avanzado que refuerza el diálogo político, abre nuevos campos de cooperación y defiende el desarrollo sostenible, una mayor transparencia y participación de la sociedad civil, a la vez que incluye aspectos como la igualdad de género en el comercio o el comercio digital. Un nuevo acuerdo que eleva los estándares medioambientales y sociolaborales de nuestros vínculos económicos, favoreciendo la participación de las pymes, la diversificación de la canasta exportadora chilena y su valor agregado e incorpora capítulos dedicados a la minería y a la energía, que ya encuentran su expresión en el Memorando de entendimiento dedicado a las cadenas de valor sostenibles para materias primas o en el fondo para el desarrollo del hidrógeno renovable que se lanzó durante la visita de la Presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen en junio pasado.
También supone la práctica desaparición de los aranceles en el comercio, lo que ofrece una gran oportunidad a los muy apreciados productos agrícolas, vitivinícolas y pesqueros chilenos, con un potencial adicional de incidir en mercados nicho europeos. Además, las empresas y los inversores chilenos recibirán el mismo trato que sus homólogos europeos en la UE, mientras que el acuerdo fomenta también las condiciones adecuadas para que nuestros inversores vengan a Chile y creen aquí valor añadido local.
El nuevo acuerdo con Chile es un resultado del esfuerzo por revitalizar la relación birregional entre la Unión Europea y América Latina y el Caribe que ha perseguido el Alto Representante Josep Borrell, quien también visitó Chile en 2022 y que se cristalizó en la reciente cumbre en Bruselas, a la que asistió el presidente Gabriel Boric, en la que se elaboró una agenda común que combina ambición y eficacia práctica. La presidencia española del Consejo de la Unión Europea en este semestre también ha dejado su impronta en esta renovada apuesta por la relación birregional, en un mundo cada vez más multipolar y menos multilateral, en el que se viola la paz y se cuestionan la democracia y los derechos humanos. Por eso resulta tan relevante que los que defendemos los mismos valores tengamos alianzas sólidas para enfrentar juntos y mejor los retos del presente y futuro.