Columna El Mercurio, 25.07.2023 Vladyslav Bohorad, diplomático ucraniano (encargado de negocios en Chile)
La guerra de agresión e invasión a gran escala de Rusia a Ucrania ha provocado un sufrimiento inconmensurable, dejando tras de sí numerosa destrucción y desesperación.
A pesar de una posición unánime de la comunidad internacional al rechazar la violación de las normas del Derecho Internacional por parte del régimen de Putin, en busca de solución se han propuesto varios enfoques. Entre ellos surgió la controvertida noción de intercambiar territorios por paz, legitimando los crímenes de guerra, recompensando al agresor y apaciguando el país brutalmente atacado. Sin embargo, Ucrania propuso su propio camino: la “Fórmula de paz”, que busca no solo restablecer la paz, sino el renovar el orden, la confianza en las reglas y las normas, así como promover la justicia.
En el centro de la “Fórmula de paz” de Ucrania se encuentra un firme compromiso con la integridad territorial de nuestro país. Al rechazar la noción de intercambiar tierra por paz, este enfoque afirma inequívocamente la importancia de mantener la soberanía nacional, salvaguardar los derechos fundamentales de todos los ciudadanos ucranianos y protegerlos de la crueldad que todo el mundo ha observado en los territorios liberados de los rusos: torturas, campos de filtración, violaciones y maltrato.
Lo mismo ha pasado en Crimea, temporalmente ocupada: ciudadanos desaparecidos, persecución de los representantes del pueblo de tártaros de Crimea, amenazas y torturas, nacionalización forzosa, discriminación de aquellos con el pasaporte ucraniano. Eso no puede seguir sucediendo.
El centro de la “Fórmula de paz” de Ucrania es su enfoque inquebrantable en abordar los aspectos humanitarios de la guerra. La fórmula reconoce la urgente necesidad de aliviar el sufrimiento de las poblaciones afectadas, incluidos los desplazados internos y los refugiados. Al dar prioridad a la ayuda humanitaria, la “Fórmula de paz” de Ucrania tiene como objetivo restaurar la normalidad, reconstruir la infraestructura y facilitar el regreso seguro de las personas desplazadas a sus hogares. Al reconocer el costo humano del conflicto y priorizar el bienestar de los afectados, la fórmula busca sanar las heridas del pasado.
Asimismo, la fórmula propuesta por el presidente Volodimir Zelenski tiene como objetivo proteger a los ciudadanos ucranianos y a los países vecinos de las terribles consecuencias para el medio ambiente. Tanto en términos de la seguridad nuclear que está en peligro por la toma de la central nuclear más grande de Europa en la región de Zaporiyia, como de la protección de la naturaleza considerando el minado masivo y polución de los ríos y mares de Ucrania.
Gracias a su universalidad, alineación con los principios del Derecho Internacional y respetando la integridad territorial de Ucrania, la implementación de la “Fórmula de paz” de Ucrania tiene el potencial de obtener un amplio apoyo y legitimidad internacionales, mejorando así su viabilidad a largo plazo.
La “Fórmula de paz” de Ucrania ofrece un marco integral y justo para brindar la paz y la justicia. Basado en los principios de preservar la integridad territorial, promover el diálogo inclusivo, empoderar a las comunidades, abordar las preocupaciones humanitarias y obtener apoyo internacional, se erige como la vía más prometedora hacia la estabilidad, la reconciliación y un futuro más brillante para Ucrania, Europa y el mundo.
Mientras el mundo observa, corresponde a la comunidad internacional unirse y apoyar la implementación de la “Fórmula de paz” de Ucrania, ofreciendo al pueblo ucraniano un rayo de esperanza en su búsqueda de una paz duradera.
