Bolivia: a punto de vulnerar el estado de derecho

Columna
El Montonwero, 13.10.2017
J. Eduardo Ponce Vivanco, embajador (r) y ex viceministro de RREE peruano
La forma más eficaz de perder el poder es abusar de él

Una somera revisión de las circunstancias que llevaron al poder al presidente Evo Morales pone en evidencia que el nacimiento de su gobierno fue tan traumático como la aprobación de la singular Constitución indigenista que dio nacimiento al “Estado Plurinacional de Bolivia”. En la tierra de los golpes militares y la inestabilidad política parece milagroso que el experimento engendrado se afirmara progresivamente y, más aún, que llegara a administrar una de las economías de mayor crecimiento en América Latina, a pesar de sus aspavientos anti imperialistas y “bolivarianos”.

No puede olvidarse que la proclamación de la Constitución en El Alto la Paz fue apadrinada por el entonces canciller chavista Nicolás Maduro, a quien Morales sigue respaldando sin reservas y con un entusiasmo que va más allá de lo que exige el desprestigiado club del ALBA. Evo ha llegado al extremo de empecinarse en atropellar su propia constitución, pretendiendo una nueva reelección para mantenerse en el poder. Asumió la presidencia en enero de 2006 y quiere quedarse en ella hasta el 2025. Con ese objetivo convocó a un referéndum en el que la mayoría le dijo que NO. Una negativa que lo tiene sin cuidado pues ahora quiere forzar una “interpretación auténtica”. Lo desmesurado del intento ha provocado la comprensible reacción del secretario general de la OEA, quien está obligado a cumplir su normativa y, en particular, la Carta Democrática Interamericana. Como era de esperar, Morales ha denunciado violentamente el intervencionismo del señor Almagro, prefiriendo ignorar el liderazgo que tuvo al reaccionar con valentía frente a las tropelías de Nicolás Maduro.

Como la consistencia es la clave de la credibilidad en la vida internacional, podemos imaginar que los países del Grupo de Lima –aquellos que reivindicaron la dignidad latinoamericana en el repudio a Venezuela– se preocuparán por analizar las consecuencias jurídicas de la ruptura del Estado de Derecho que está por perpetrarse en Bolivia a fin de adoptar una posición acorde con los valores democráticos que defienden.

El Presidente boliviano debería tener presente que la forma más eficaz de perder el poder es abusar de su ejercicio.

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