Gran avance hacia la liberación de Venezuela

Columna
OpinionGlobal, 11.08.2017
J. Eduardo Ponce Vivanco, embajador (r) y ex viceministro de RREE del Perú

Nadie discute el éxito de la reunión del naciente Grupo de Lima formado para contribuir a la liberación del pueblo venezolano del yugo que se hace llamar “bolivariano”, ofendiendo la memoria del Libertador de cinco repúblicas sudamericanas.

Es difícil sopesar los obstáculos que la diplomacia debe sortear cuando enfrenta situaciones complejas. Los dieciséis países que aparecen en la foto en la Cancillería peruana incluyen a Jamaica, Granada, Guyana y Santa Lucía; pero la Declaración de Lima no los menciona; y tampoco al Uruguay. ¿Qué ocurrió?

Los Cancilleres caribeños (que adhirieron plenamente al texto) debían esperar cortésmente que sus Presidentes se pronuncien en la Cumbre del CARICOM, pero el representante uruguayo, cumpliendo instrucciones de su capital, se retiró de la reunión después de participar en su instalación. Este inesperado desaire ilustra las contradicciones traumáticas entre las políticas interna y externa de los Estados que condicionan fatalmente a la diplomacia.

A pesar que la sede del MERCOSUR está en Montevideo, Uruguay se resistió tercamente a la suspensión de Venezuela hasta que fue doblegado por la presión de Argentina, Brasil y Paraguay, indignados por los recientes desmanes del chavismo. Pero la determinación del cónclave limeño y sus mayores alcances angustiaron a las izquierdas radicales del gobernante Frente Amplio uruguayo, que amenazaron con romper la mayoría parlamentaria que sostiene al gobierno. El ex Presidente Mujica y el actual Vice Presidente Raúl Sendic - hijo del ex Tupamaro de los ´70 - quieren seguir defendiendo a Maduro. Es una manifestación más de la incompatibilidad fundamental entre la democracia cabal y la izquierda.

La asesoría castrista en Caracas entendió que las proyecciones del nuevo grupo de contacto y seguimiento hemisférico requerían cambiar de estrategia:  el mismo día reunieron a los cancilleres del ALBA para que el Dictador les planteara asumir la agonía de su régimen y hacer frente al movimiento gestado en el Perú. Les pidió convocar ¡un diálogo latinoamericano!  Otro dialogo para ganar tiempo. Una propuesta que los cancilleres invitados no acogieron en la Declaración Conjunta que acordaron. ¿No se habrán percatado que Granada y Santa Lucía - dos miembros del ALBA - vinieron a Lima y apoyaron la Declaración que exige respetar la democracia, la Constitución y los derechos humanos, y convocar a elecciones bajo supervisión internacional independiente?

El Canciller peruano ha puesto énfasis en el carácter abierto del Grupo inaugurado con una Declaración tan contundente como auspiciosa.  En ella se anuncia una próxima reunión a fines de setiembre en los márgenes de la próxima Asamblea General de NNUU. Entretanto, la dinámica recién generada y el agravamiento constante de la crisis venezolana, acrecentarán la lista de países adherentes y el respaldo de los organismos internacionales más representativos a los importantes criterios y medidas aprobados en Lima.

Los países más gravitantes de la región han encontrado, por fin,  un mecanismo eficiente para superar la imposibilidad coyuntural de lograr los dos tercios necesarios para que la OEA decida aplicar la Carta Democrática Interamericana, lo que bien podría darse en los meses que vienen.

Si bien la diplomacia multilateral tiene límites frente a las autocracias, la habilidad y la perseverante voluntad política pueden honrar este notable esfuerzo para rescatar la libertad, los valores y la dignidad humana, que siempre son las principales, y víctimas de la tiranía.

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