La ‘chica bien’ que cambió las finanzas por la lucha armada

Perfil
La Nación, 13.09.2017
Nelson Fernández, corresponsal en Uruguay

A los cuatro años fue al cine por primera vez y salió llorando, impresionada por la imagen de una ballena que se tragaba a Pinocho. Era Punta del Este de fines de los años 40 y aquella chica nacida en una familia acomodada empezaría a mostrar inquietudes como para no conformarse con un escenario de confort. Así se moldearía el perfil de Lucía Topolansky, la mujer que se involucró en la lucha armada a fines de los 60 en Uruguay y que hoy a las 72 años llegará a la vicepresidencia del país.

Los padres de Topolansky tenían otra historia. María Elia Saavedra, descendiente del gobernador colonial Hernando Arias, se casó a finales de los años 30 con el ingeniero Luis Topolansky, a quien el ente petrolero estatal uruguayo, Ancap, encargó viajar a Berlín para asesorar en la compra de maquinarias. Tuvieron dos hijos varones en Alemania, pero la guerra los devolvió en forma anticipada a Montevideo, donde tuvieron dos mellizas, que nacieron el 25 de septiembre de 1944: María y Lucía.

Muchos años después, las hermanas Topolansky serían requeridas por la justicia como unas de las principales guerrilleras de un movimiento que buscaba convertir a Uruguay en un Estado socialista.

Una de ellas, Lucía, lograría por las urnas lo que no pudo con las armas, y sería diputada, senadora, presidenta interina y vicepresidenta en funciones. Y, además, esposa de uno de los presidentes uruguayos que más atención internacional suscitaron: José "Pepe" Mujica .

Luego de la renuncia el sábado de Raúl Sendic por un escándalo de corrupción, Lucía Topolansky asumirá hoy la vicepresidencia y será la presidenta del Poder Legislativo, tanto de la Asamblea General como de la Cámara de Senadores.

Infancia en Montevideo

Los primeros años de Lucía fueron en el coqueto barrio montevideano de Pocitos. También disfrutaba de Punta del Este en aquellos años, porque su padre trabajaba con su empresa constructora en el armado de Punta Ballena.

Fue allí cuando se dio su primera visita a un cine, que le dejó un sabor amargo.

La enseñanza primaria fue en el colegio Sacré Coeur, de las hermanas dominicas. En su camino hacia el establecimiento, Topolansky se sorprendía con la cárcel de Punta Carretas, que años después sería símbolo de una fuga de guerrilleros, entre los que estuvo el propio Mujica.

En ese barrio estaba la embajada de la Unión Soviética. Al pasar por ahí fue cuando Lucía recibió el regalo de las típicas muñecas rusas.

Sus estudios de bachillerato siguieron en el Instituto Alfredo Vásquez Acevedo (IAVA), donde se contagió de la efervescencia de la militancia gremial, lo que se profundizaría en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de la República, donde la militancia era de izquierda radical.

Mientras trabajaba en una empresa financiera, Topolansky se enteró de que su hermana se había convertido en guerrillera y quiso seguir el camino. Y expresó su sentimiento revolucionario con pedradas contra los vidrios de la financiera que la empleaba.

Afiliada al Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T), participó en una primera acción armada el 14 de febrero de 1969. Topolansky salió de ese asalto en ómnibus y pasó a la clandestinidad. Se refugió en una casa del popular barrio de La Unión, le hicieron documentos falsos con el nombre de "Ana", se tiñó el pelo y pasó a usar anteojos sin aumento, para cambiar su aspecto.

Ganaba peso en la organización y por sus características en la lucha la bautizaron con el apodo guerrillero de "la Tronca".

En esa guerrilla urbana de izquierda influida por la revolución cubana y el marxismo, Topolansky participó en diferentes operativos. En el verano de 1971, cuando la policía seguía las pistas del embajador británico que había sido secuestrado por los tupamaros, Topolansky cayó presa por primera vez, pero luego pudo escaparse con otras 37 guerrilleras por la red de cloacas que pasaba por debajo de la prisión. Se operó la nariz y siguió en la militancia.

El 14 de abril de 1972 sufriría la caída de su pareja, Armando Blanco, que murió en un allanamiento. Topolansky comenzaría entonces una relación con Mujica, pero casi cuatro meses después sería recapturada.

El MLN-Tupamaros perdía la batalla, con muchos guerrilleros muertos. Un año más tarde, el 27 de junio de 1973, un golpe de Estado instalaría una dictadura militar durante 13 años en Uruguay.

Topolansky sufrió aislamiento y torturas en sus 13 años de prisión. Recuperó la libertad en 1985 (año del regreso de la democracia en Uruguay), por una ley de amnistía. A partir de allí rearmaría su vida afectiva con Mujica y su vínculo con la política, en el MLN-T.

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