Medio Oriente: Contra el terrorismo y a favor de dos estados en paz

Editorial
OpinionGlobal, 19.10.2023

Tras la prolongada guerra de Ucrania por la agresión no provocada de Rusia, afrontamos ahora una peligrosa explosión del sempiterno conflicto palestino-israelí (dos pueblos en disputa de la misma tierra). Se trata de dos crisis simultáneas que podrían desembocar, ya sea en una conflagración mundial, o bien, en cambios profundos para el orden internacional imperante. En el caso ucraniano, Putin ha cometido todo tipo de tropelías y amenazado con el uso de armas nucleares. Y, en el Medio Oriente, la guerra entre Hamas e Israel podría escalar en el caso de que Hamas (Gaza) y Hezbolá (El Líbano) estén coordinados y orquestados por Irán.

La comunidad internacional (la ONU) debe intervenir ya para evitar amenazas mayores, partiendo por un rechazo rotundo al terrorismo de Hamas y la Yihad Islámica, que solo persigue la estrategia del caos y, a la postre, no ayuda a la causa palestina. Los ataques terroristas y la agresión en general están penados por el derecho internacional y, por lo tanto, actores como los grupos guerrilleros islámicos o estados como Rusia, están al margen del orden internacional. No se entiende que grupos terroristas existan y controlen la Franja de Gaza y que sus equivalentes en El Líbano sean un estado dentro de un estado.

Ahora bien, ni una agresiva causa nacionalista o imperialista, ni la respuesta de terceros alegando la autodefensa, pueden relativizar la barbarie cometida por Hamas-Yihad Islámica o los eventuales desastres humanitarios que resulten de la ley del talión aplicada por Israel.

Sin perjuicio de lo anterior, las responsabilidades tanto de Israel como de su aliado principal (EEUU) son vitales para entender el contexto en que se desenvuelve el conflicto en el presente. Israel mantiene desde 1967 territorios palestinos ocupados (originalmente: Cisjordania, Franja de Gaza y Jerusalén del Este), incumpliendo diversas resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU (242 y 2334). Además, Israel se ha opuesto hasta la fecha a la solución de dos Estados (judío y palestino) para poner fin al conflicto. Al contrario, y sobre todo el régimen derechista de Netanyahu, ha estado buscando la solución de un estado, a través de la expansión de los asentamientos judíos en los “territorios ocupados”. Por otra parte, con la excusa de garantizar la existencia de Israel, las Administraciones norteamericanas han apoyado sin condiciones a Israel, lo que equivale a un “cheque en blanco” que impide que Washington ejerza un rol diplomático de contención entre las partes.

La actual situación internacional tampoco ayuda mucho a encontrar una solución multilateral a la crisis, puesto que la ONU está fracturada y desfondada por el derecho a veto en el Consejo de Seguridad. A su vez, las grandes potencias -como China y Rusia- o potencias regionales -como Irán y Turquía- conspiran, unos más y otros menos, en contra de los intereses de Occidente por sus evidentes posturas antinorteamericanas. Por último, no sorprende que regímenes totalitarios y partidos de izquierda en el mundo no condenen el terrorismo y hagan vista gorda con los Putin y Hamas. Las democracias, en general, apoyan el derecho a existir de Israel, aunque no están dispuestas a aceptar su impunidad y recelan del creciente militarismo del estado judío (Netanyahu).

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