Declaración de guerra al derecho de propiedad

Columna
Pulso, 22.06.2015
Gonzalo Blumel, director ejecutivo Fundación Avanza Chile

Ya lo señalaba Marx en el Manifiesto Comunista hace 167 años: “Los comunistas pueden resumir su pensamiento en una frase, abolición de la propiedad privada”. Simple y claro. ¿Y por qué esa fijación? Porque la propiedad se nutre de la explotación del trabajo asalariado. Así, la única forma de liberarse sería debilitarla sistemáticamente hasta terminar por abolirla.

Es cierto que los tiempos actuales ya no están para revoluciones marxistas. Posiblemente ni los más nostálgicos las crean convenientes. Pero da la idea que la Nueva Mayoría, que no es más que un ensamblaje entre la vieja Concertación y el Partido Comunista, ha hecho propio el viejo lema del barbudo alemán, en orden quizá no a derribar la propiedad, pero al menos acorralarla fuertemente. Y por ello le declaró la guerra en múltiples frentes.

Un primer campanazo de alerta fue el programa de la Presidenta Bachelet. Este señalaba que la nueva Constitución debe contemplar la idea de que la propiedad “obliga” y que su uso debe servir al mismo tiempo al “bien común”. Y esto se ha visto refrendado en estos 16 meses por un conjunto de iniciativas impulsadas por el Gobierno. Ahí están la Reforma Tributaria, con el fuerte aumento de impuestos a las empresas, y la Reforma Educacional, con sus severas limitaciones al uso de inmuebles y subvenciones por parte de los sostenedores privados. También está la Reforma Laboral, con su maximalista fórmula para terminar con el reemplazo en huelga, y la reforma del Código de Aguas, quizá el caso más patente y menos vistoso para la opinión pública, pero no por ello menos importante. Y todo esto se corona con el anuncio estrella del 21 de Mayo, el nuevo proceso constituyente, que se supone incluiría una revisión del derecho de propiedad. La Nueva Mayoría, como no, aprovechó el vuelito e invitó al empresariado a abrirse a este debate (lo que posteriormente fue minimizado en Icare -con escasa efectividad- por los nuevos ministros Burgos y Valdes).

Por cierto, es legítimo plantear este tipo de debates en democracia, pero no nos sorprendamos de sus consecuencias. Ya lograron congelar la economía en un tiempo récord. Y mientras no entiendan que hoy Marx no es más que una anacrónica pieza de museo, difícilmente eso cambiará.

No hay comentarios

Agregar comentario