Columna El Mercurio, 11.01.2022 Juan Ignacio Guzmán, académico (PUC y U. de Chile)
Ante el aumento de la demanda por litio distintos actores han llamado a estatizar la producción de este metal, la que actualmente se produce mediante una asociación público-privada, en la que dos empresas privadas (SQM y Albemarle) explotan a nombre del Estado (único dueño de los recursos) las pertenencias que posee la Corfo en el Salar de Atacama. Producto de esta alianza el país ha recibido en contribución directa e indirecta más de US$ 11 mil millones, lo que representa el 65% de la utilidad generada por las empresas.
La idea de eliminar la asociación pública-privada merece ser discutida, pues Chile es, y probablemente seguirá siendo luego del posible cambio en la Constitución, el único dueño del litio. En este análisis, sin embargo, es necesario sopesar la potencial apropiación del 100% de la utilidad para el Estado, con la posibilidad real de que una empresa estatal pueda generar dicho margen.
¿Por qué la generación de utilidad de parte de una empresa del Estado no está garantizada? Porque para mantener el margen que actualmente genera la industria se requieren de al menos cuatro condiciones indispensables, que hoy ningún organismo del Estado de Chile posee.
La primera condición es la infraestructura para generar la producción. Construir esta infraestructura tomará tiempo. Llegar a la capacidad actual les tomó a las empresas privadas prácticamente 40 años. Es muy poco probable, incluso incorporando la mayor parte de ese aprendizaje, que el país pueda replicar esta capacidad en menos de 10 años.
La segunda condición se refiere al capital necesario. Chile no está en condiciones de empezar a endeudarse en una nueva industria. Debemos recordar que Codelco es una de las empresas mineras más endeudadas del mundo, y Chile está perdiendo su calificación de riesgo producto de su mayor deuda fiscal, por lo que la deuda será más cara en el futuro. Tampoco es razonable que Chile invierta recursos propios habiendo tantas necesidades sociales no satisfechas.
La tercera condición es la falta de experiencia. Ninguna empresa estatal ha explotado salares. Si algo nos ha demostrado Codelco es que una empresa minera estatal para tener éxito requiere no solo de los recursos minerales, sino que también del know how del negocio.
La cuarta condición es conocimiento. Las instituciones públicas o empresas del Estado no poseen conocimiento respecto de la cadena de valor del negocio del litio. Producir litio para abastecer el mercado de las baterías requiere de conocimiento y tecnologías especializadas, que dependen críticamente de los recursos a explotar.
¿Imposibilita lo anterior que el Estado no busque participar directamente de este mercado? En lo absoluto. Para esto, sin embargo, me parece prudente y necesario que avancemos primero en: 1) Invertir en exploración geológica para mejorar, por medio del Sernageomin, el entendimiento de los recursos minerales disponibles y 2) Avanzar en I+D, utilizando para esto al Instituto de Tecnologías Limpias, con objeto de desarrollar conocimiento y capacidades para la explotación de salmueras de forma sustentable con el medio ambiente y comunidades, así como también tecnologías para la generación de los compuestos de litio que permitan cumplir con las altas exigencias del mercado futuro.
Solo una vez que se hayan desarrollado las capacidades anteriores estaremos en condiciones de entender si podemos desarrollar una empresa estatal de litio que sea competitiva a nivel mundial.
Por el momento, la mejor estrategia para el país parece ser empezar a desarrollar las capacidades que nos permitan en el futuro estudiar seriamente la apertura de una empresa pública, a la vez que sigamos incentivando la asociación público-privada, con una retribución justa para el Estado, de forma tal de disfrutar hoy y en el futuro de los beneficios de un mercado con rápido crecimiento.
