Preocupante actuación de la Subsecretaría para las FF.AA.

Columna
El Mercurio, 12.10.2022
Baldo Prokurica, Mario Desbordes y Jaime Ravinet, exministros de Defensa Nacional

Las últimas medidas adoptadas por la Subsecretaría para las Fuerzas Armadas respecto de la educación han generado inquietud en distintos sectores.

Ello, no porque necesariamente se haya transgredido la ley, sino porque tanto el Programa de Gobierno del presidente Boric como los mensajes y el actuar del subsecretario para las FF.AA. evidencian un interés de interferir en profundidad a través de sus distintas acciones.

La primera de ellas, apenas asumido, fue pedir la renuncia a más de 70 funcionarios de carrera del Ministerio de Defensa Nacional, e introducir una larga lista de asesores, en su mayoría militantes del Partido Comunista y sin experiencia o conocimiento del sector.

A ello se suma lo ocurrido en la Subsecretaría de Defensa con el director de la Anepe (Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos), general (r) Jorge Robles, quien fuera obligado a renunciar producto de las presiones, a pesar de que había llegado al cargo a través de la Alta Dirección Pública.

La reciente solicitud del subsecretario Galo Eidelstein, mediante decreto, hecha a las tres ramas de las Fuerzas Armadas, pidiendo formalmente el listado de profesores, sus currículums, los planes de estudio y las bibliografías de las instituciones formativas, si bien podría no ser ilegal, no deja de causar preocupación, porque podrían ser los primeros pasos de un proceso de adoctrinamiento e ideologización de la carrera militar, como se ha visto en otros países de tendencia política similar a la del subsecretario y sus asesores.

La legislación vigente señala que las FF.AA. tienen potestad de establecer los planes de estudio de acuerdo con la Ley Orgánica que las rige.

Al mismo tiempo, la Ley 20.370, en su artículo 52, reconoce a las distintas instituciones de educación de las FF.AA. junto a las universidades e institutos de formación técnica, entre otros, como instituciones de educación superior. Con lo que puede advertirse que las escuelas matrices gozan de autonomía académica, en virtud de la cual pueden establecer una malla curricular.

Además, es importante recalcar que dichos planes y programas son altamente técnicos, y de largo plazo, por lo que no es aconsejable que cada gobierno que asuma los intervenga cada cuatro años.

Dado lo anterior, y con toda razón, existe preocupación derivada de lo que ha sido el actuar del subsecretario y sus asesores directos, tanto en su rol actual como en sus desempeños como vicerrector, directores y ejecutivos de la Universidad Arcis, donde se produjeron hechos gravísimos por todos conocidos, que terminaron con su quiebra, además de un profundo daño en la calidad educativa de sus estudiantes.

Surgen, por tanto, varias preguntas que requieren una respuesta de las autoridades de Defensa: ¿por qué se solicita ese inédito detalle de información?; ¿qué experiencia y especialización en las FF.AA. y la Defensa del país tienen los asesores a cargo de la Educación Militar?; ¿qué garantías de mejoras en la calidad de las escuelas matrices pueden entregar dichos asesores?

Es importante recordar que las FF.AA. han sido claves en la configuración del territorio nacional, y con ello, de la cultura y nación chilena durante los 212 años de historia republicana. Ese rol ha sido sobre la base de ser, en su esencia y mandato constitucional, apolíticas y no deliberantes.

Por tanto, la educación y los procesos de formación no pueden tener ningún tipo de orientación política o ideológica hacia ningún sector. Es el Gobierno el primer responsable en mantener la esencia apolítica, democrática y no deliberante de las FF.AA.

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